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persecución a militantes

El recién asumido presidente Gabriel González Videla nombró, en noviembre de 1946, a tres dirigentes comunistas como ministros de su primer gabinete, cumpliendo de ese modo su promesa de campaña. Sin embargo, la estrategia comunista de presionar por el pleno cumplimiento del programa de gobierno mediante movilizaciones sociales y, por otra parte, las fuertes imposiciones económicas recibidas del gobierno norteamericano, hicieron que, en abril de 1947, pocos días después de que el Partido Comunista se convirtiera en la tercera fuerza política del país al obtener un 16,5% en las elecciones municipales, el presidente reorganizara su gabinete sin la presencia de los comunistas.

La situación se agravó en el mes de julio cuando, con motivo de una huelga de la locomoción colectiva en Santiago impulsada por el Partido Comunista, sus militantes fueron despedidos de la administración pública. En agosto, una huelga de los mineros del carbón paralizó las faenas en Lota, Coronel, Curanilahue y Lirquén. En este escenario, el gobierno detuvo dirigentes comunistas y los internó en el campo de prisioneros de Pisagua, en enero de 1948.

El 3 de septiembre, con un amplio respaldo parlamentario, incluyendo a la mayoría de los socialistas, se promulgó la Ley de Defensa Permanente de la Democracia que declaró la ilegalidad del Partido Comunista. Miles de sus militantes fueron borrados de los registros electorales y despojados de sus cargos de representación popular. El gobierno rompió, además, sus relaciones diplomáticas con la Unión Soviética y los países de Europa Oriental. En 1950, cuando recién se iniciaba la era del macartismo (nombre dado a la persecución anticomunista que entre 1950 y 1956 encabezó el senador Joseph McCarthy), Gabriel González Videla inició una gira por diversas ciudades norteamericanas, visitando a su homólogo Harry S. Truman, autor de la denominada "Doctrina Truman", expresada por primera vez en febrero de 1947 con el objetivo de frenar el avance del comunismo. En 1958, tras un largo debate parlamentario, la Ley de Defensa Permanente de la Democracia fue finalmente derogada y el Partido Comunista volvió a la legalidad.