Subir

Ilegitimidad de los hijos

En 1939, la publicación La realidad médico social chilena del médico Salvador Allende, en ese entonces ministro de Salud del presidente Pedro Aguirre Cerda, reiteraba que la ilegitimidad era la principal causa de la mortalidad infantil. En general, la obra diagnosticaba la magra salud de la población y hacía propaganda de las políticas sanitarias que se implementarían en aquel mandato para contribuir a mejorarla. Frente al problema específico del binomio madre-hijo, proponía una vez más, aunque sin entrar en detalles, el desarrollo de una política de protección social dirigida en particular a la madre soltera. El libro apuntaba que la pobreza de dichas madres impedía su nutrición adecuada, repercutiendo en una leche de deficiente calidad para el recién nacido. Asimismo, los lactantes se veían obligados a recibir lactancia artificial por la ausencia de la madre que debía trabajar, sufriendo trastornos nutritivos que eran recurrentes bajo estas condiciones. Para remediar este fenómeno, Allende recomendó, como tantos otros en su época, "la normal constitución de la familia de la clase obrera" a través de la formalización de las uniones de hecho.

Durante los gobiernos radicales se incentivó de diversas maneras este objetivo por medio de beneficios que únicamente recibían los hijos y esposas de trabajadores casados. Estas políticas discriminaban a los hijos ilegítimos, cuestión que fue denunciada por profesionales que observaban día a día esta realidad. Tal fue el caso de la visitadora social Luz Cañas, quien expuso que solo los hijos legítimos de los asegurados y de las madres obreras aseguradas eran favorecidos, y los otros quedaban desprotegidos. Según ella, en nada contribuía esta situación a mejorar la raza, anhelo profundo del Estado chileno. Cañas declaró: "Muy bonito será el sistema que se propone lograr que todos los niños que nazcan sean legítimos, pero es injusto, totalmente injusto" (Estudio de los problemas que se presentan en la Sección de Lactantes en el Consultorio Nº 3 de la Caja del Seguro Obligatorio, Escuela Alejandro del Río, 1941, p. 42).