"¿Mis versos? -me dijo- no sé dónde estén. Todo o casi todo lo que he escrito en mi vida se ha perdido o anda disperso a causa de mis viajes, del destierro y de las vicisitudes de mi vida. No hay más impreso de lo mío que un libro muy malo Poesías que me publicaron mis hermanos cuando era muy chiquillo -hay allí composiciones de cuando tenía 15 años- y mi libro de Armonías que me publicaron bondadosamente después...... Lo demás o ha aparecido en folletos, como un poemita titulado "La flor de la soledad" que no sé dónde ande, o ha quedado inédito y desparramado: todo ha corrido borrasca" (Antonio Orrego Barros. Prólogo a Obras completas de Guillermo Blest Gana, p. VIII).

Algo similar ocurrió con su producción literaria los años que estuvo exiliado en España. Allí se movió entre los círculos intelectuales españoles, ambiente en el cual alcanzó prestigio literario, "escribió dramas cortos, comedias en un acto, poesias, artículos, obras que [sin embargo] quedaron dispersas en la prensa diaria y en revistas periódicas de la península" (op. cit., p. XXVII).