Los grandes moai, cuyos rostros se levantan para mirar de frente al mar, son sin duda los elementos más representativos de Isla de Pascua o Rapa Nui. "El ombligo del mundo", según la llaman sus habitantes, está ubicada en medio del océano Pacífico, en el sector oriental de la polinesia, transformándose en un puente inmediato entre nuestro país, el mundo asiático y el continente oceánico. Los primeros habitantes que hace cientos de años llegaron a poblar Isla de Pascua, lograron depositar las semillas de una larga cultura que aún se mantiene con fuerza en el presente pascuense.

Su artesanía muestra una variedad de adornos y prendas, elaboradas en función de objetos marinos como conchas, piedras y corales, que ponen de relieve el carácter isleño y tropical de su geografía. Al mismo tiempo, la escultura se ha desarrollado sobre la base de diversos objetos de piedra y madera, que gozan de gran prestigio por la calidad de sus tallados. Sus restos arqueológicos, sus bailes y danzas polinesias, sus tatuajes y leyendas populares, al igual que sus playas, la han convertido en un gran centro turístico tanto para nacionales como para los miles de europeos y norteamericanos que anualmente la visitan.