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simulacros

Los sentidos de la escritura epistolar

"¿Pero no es precisamente la ausencia lo que hace posible una intimidad que la presencia del otro frecuentemente impide?"
Patrizia Violi

La carta, como diálogo diferido, hace patente la distancia existente entre los interlocutores. Por otro lado, el acto de escritura tiene el objetivo de manipular esa distancia con estrategias textuales que producen un sentido de realidad particular en el interior del texto. En el momento de la lectura, el receptor actualiza la situación de enunciación, produciendo un efecto de inmediatez que, sin embargo, lleva asociada la conciencia de que la situación de recepción existe en otro espacio y tiempo que el momento de la escritura. Ese doble "aquí y ahora" que existe en la carta permite comprender que ni el autor ni el destinatario empíricos pueden ser tomados como tales, sino como meras figuras textuales.

Lo que la carta manifiesta, en su doble efecto de presencia y ausencia, es que el sujeto real es inasible y se coloca en otro lugar, solo alcanzable a través de la escritura. Por eso Patrizia Violi concluye que "se escribe buscando una presencia, para hacer al otro presente, para que se acuerde de nosotros, pero, por encima de todo, para que el otro se haga presente a nosotros mismos. Se escribe para evocar. Y, no obstante, justo en el momento en que se lo evoca, el otro parece alejarse aún más y su ausencia se hace más real" ("La intimidad en la ausencia", op.cit.,p. 97).