Uno de los más importantes avances modernizadores del sistema educacional chileno del siglo diecinueve, se llevó a cabo gracias a la labor de hombres como Valentín Letelier y Claudio Matte.

En la segunda mitad del siglo diecinueve, se hizo evidente la necesidad de reformar el sistema de enseñanza que, en sus bases, mantenía todavía gran parte de la estructura general de la educación implementada por el régimen colonial.

Ante los nuevos tiempos, e inspirado por el pensamiento positivista y por el viaje a Alemania, Valentín Letelier impulsó y llevó a cabo un gran proyecto de reforma educacional escolar y universitaria, incluyendo el apoyo al perfeccionamiento docente en el extranjero para que de este modo los profesores pudieran embeberse de las nuevas teorías y prácticas pedagógicas en boga en la Europa moderna.

Su labor fue fructífera y uno de sus primeros frutos, en colaboración con otros profesores también conscientes de la necesidad de la reforma, fue la fundación del Instituto pedagógico de Santiago.

Letelier, como liberal y positivista estuvo siempre seguro de la importancia radical de la educación en el progreso social, político y económico de las sociedades. Por ello, su labor no menguó nunca, ni siquiera cuando llegó al rectorado de la Universidad de Chile.