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Los primeros talleres de impresión

Los primeros talleres con imprentas particulares se instalaron durante la década de 1820 en Santiago (1821), La Serena (1822) Concepción (1822) y Valparaíso (1825) (Bernardo Subercaseaux. Historia del libro en Chile, Santiago: Lom, 2000, p. 34). A pesar de ello, y del interés de los gobiernos liberales de la década, en especial el de Francisco Antonio Pinto (1827-1930), en fomentar el comercio de libros y la lectura de los textos modernos, no se desarrolló lo que pudiera llamarse una industria nacional de la impresión y por el contrario, siguió imperando la importación de libros europeos. Además, durante esta década de organización republicana el clima político se caracterizó por constantes disputas internas al cabo de las cuales el gobierno liberal, que pretendía poner en marcha un proyecto de reforma educativa centrado en el libro, perdió el poder. El gobierno de Diego Portales ejerció un fuerte control político a las ideas liberales y volvió a poner el acento en una educación conventual. Los talleres seguían, por lo tanto, dedicados a imprimir periódicos.