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Años cincuenta y setenta

La incorporación de todas las capas de población a las dinámicas propias de las sociedades de mercado se realizó principalmente mediante la penetración cultural de la radio y las revistas, lo cual acentuó el declive de la industria del libro en Chile durante el periodo 1950-1970. La editorial más grande, Zig-Zag , dio prioridad a la publicación de revistas para todos los grupos etarios, al punto de que al final del periodo estas representaban el 90 % de las ventas por año, mientras los libros sólo llegaban al 10% (Bernardo Subercaseaux. Historia del libro en Chile, Santiago: Lom, 2000, p. 134).

No obstante, a la radio se debe el único best seller del periodo y uno de los más grandes de la historia de la edición en Chile: Adiós al Séptimo de Línea, de Jorge Inostroza, una obra que en un comienzo fue un guión para el formato de radioteatro. La historia que ella cuenta se remonta a los días posteriores al Combate Naval de Iquique, ese episodio de la Guerra del Pacífico que marcaría con matices épicos la memoria nacional chilena. En vista de su éxito entre la audiencia, la editorial Zig-Zag, con gran sentido de la oportunidad, aprovechó para llevarla a la imprenta, como novela histórica. En el primer año (1955) vendió 225.000 ejemplares (Bernardo Subercaseaux. Historia del libro en Chile, Santiago: Lom, 2000, p. 135), y a la muerte de su autor, en 1975, se habían vendido más de cinco millones.

Otros libros que se posicionaron como fenómenos editoriales y causaron gran repercusión en la opinión pública fueron: Gracia y el forastero (1964), de Guillermo Blanco, un libro transgresor que impactó a la juventud de esa época, y La vida simplemente: novela (1957), de Óscar Castro, que trató el tema de la marginalidad social.