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El Amigo del Pueblo (1850)

El Amigo del Pueblo fue un periódico de carácter político, fundado en 1850 por Eusebio Lillo. Se planteó como un medio de resistencia al gobierno de Manuel Bulnes, creado para difundir las ideas democráticas y liberales de la llamada Sociedad Reformista, antecedente de la Sociedad de la Igualdad. La publicación tenía cuatro páginas y era diaria, salvo por algunas jornadas en que no circuló.

Manuel Bilbao, integrante de la Sociedad, señalaba que "El gobierno vio en ella la formación de un enemigo y, como a tal, ordenó desprestigiarla por la prensa y mandó a formar otras asociaciones en que se prodigaba el licor como aliciente para atraer concurrencia" (Bilbao, Manuel. "Vida de Francisco Bilbao", en Bilbao: el autor y la obra. Santiago, Editorial Cuarto Propio, p. 75, 2007). En este contexto, El Amigo del Pueblo se convirtió en un agente vital para divulgar los ideales de la Sociedad y hacer frente a la campaña en su contra. En sus páginas se encontraban opiniones sobre la situación actual del país en ese entonces, criticando al gobierno y al candidato Manuel Montt. Su lema era "Bien aventurados los que han hambre i sed de justicia, porque ellos serán hartos" y su misión "que el pueblo se rehabilite de 20 años de atraso i tinieblas".

En el editorial del primer número, titulado "A los republicanos en Chile", los redactores ponen de manifiesto los principios que orientaron al diario. Mencionan que un hecho fatal en la historia de las naciones es la "existencia de un círculo de hombres alimentados por un odio profundo a todo movimiento moral. Unidos por un sentimiento de egoísmo, están siempre prontos a sacrificar la felicidad pública u la dignidad nacional, cada vez que ellos se encuentran en oposición con sus intereses individuales".

Su lucha era por el recambio político, dado el conservadurismo de quienes estaban en el poder: "para ellos gobernar es estacionarse". Se reconocían revolucionarios, pero no querían la transformación por la violencia: "odiamos la revolución por la violencia, i que nuestro único objetivo es el progreso de las ideas con ayuda de la propaganda escrita i hablada i sirviéndonos de medios pacíficos".

Este diario se encontraba abierto a colaboraciones de distintos sectores de la comunidad, haciendo eco con ello de las aspiraciones de la Sociedad de la Igualdad: "La Sociedad 'Reformista' compuesta de la aristocracia de los liberales avanzaba poco o nada en sus trabajos, o más bien, éstos eran estériles. Observando esta inercia algunos jóvenes vieron que difícilmente se obtendría el triunfo del caudillo de la oposición si no se buscaba apoyo del pueblo. Con tal motivo don Santiago Arcos propuso la reunión de algunos para formar una sociedad de artesanos. Esta idea fue aceptada y el 10 de abril se reunieron con tal motivo Arcos, Bilbao, Lillo, Larrecha (artesano), Cerda (ídem) y Zapiola" (Bilbao, Manuel. "Vida de Francisco Bilbao", en Bilbao: el autor y la obra. Santiago, Editorial Cuarto Propio, p. 73, 2007).

Como su nombre lo anuncia, el diario buscó materializar este afán inclusivo que pregonaba el grupo: "La Sociedad proclamó su intención de formar un grupo controlado por artesanos y dedicado a educar al pueblo y 'crearle una conciencia de clase'. Logró hacerse más presente con la publicación del periódico El Amigo del Pueblo, dirigido por Eusebio Lillo, donde se combina la tradicional preocupación política, con un énfasis en los problemas sociales y la necesidad de la incorporación de los sectores populares. Vicuña Mackenna lo definió como 'más socialista que democrático, más revolucionario que político'" (Stuven, Ana María. La seducción de un orden. Santiago. Ediciones Universidad Católica de Chile, 2000, pp. 159-160.)

Dentro de los contenidos estables, se encuentra un folletín de Alejandro Dumas, El collar de la reina, que se publicó por entregas en la primera página. Sin embargo, quedó inconcluso, debido a que se suspendió la publicación el 3 de junio. El cierre se debió a las presiones ejercidas por el Gobierno y sectores de la Iglesia Católica, irritados por las sátiras que sobre la Revista Católica y sus integrantes había publicado el periódico liberal: "En ese espíritu se insertó el Edicto Pastoral que dirigió el Azobispo Rafael Valentín Valdivieso al clero y a los católicos, en junio de 1850. Allí denunció los perniciosos efectos de la ilustración y su 'lenguaje distinto del de nuestra Santa Madre Iglesia Católica', enfatizando sobre todo los aspectos de orden social. A su juicio, 'en nombre de la ilustración, se aboga por el error...'. En una condena directa al Amigo del Pueblo, sostenía que ese periódico pretendía 'arrancar del corazón del pobre la religión, fuente de sus consuelos, lenitivo de las penalidades del trabajo a que su condición lo somete, y áncora de todas sus esperanzas'. Afirmó que (...) 'una vez rotos los diques que nuestra santa religión opone al desborde de las pasiones, no puede haber más que confusión, inseguridad y desorden'" (Stuven, Ana María. La seducción de un orden. Santiago. Ediciones Universidad Católica de Chile, p. 293, 2000.)

Al día siguiente del cierre de El Amigo del Pueblo se inició la publicación del periódico La Barra, que fue su continuación. Incluso se reanudó allí la publicación del folletín de Dumas que había quedado interrumpido en aquel.