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Casa de Recogidas

Las Casas de Recogidas o Recogimientos estaban destinadas a las mujeres arrepentidas por su mala vida; a aquellas enviadas por la justicia en su calidad de "mujeres públicas" o hacia aquellas que, por mandato de sus esposos y familiares, necesitaban corregir sus costumbres. La Casa de Recogidas de Santiago estuvo en proyecto desde 1710 y fue fundada oficialmente en 1723 e, inicialmente, sólo custodió a las mujeres que se apartaban de sus maridos para pedir divorcio, controlando sus ansias de "vivir más libres".

En 1734 pasó a depender del Cabildo y se le dio la regencia a las beatas del Colegio de las Esclavas de Jesús, mujeres que vestían hábito jesuita, situación bastante anómala y poco conocidas incluso por la propia Compañía de Jesús. En 1735, en un segundo intento por otorgarle el carácter regular a la institución, se diseñó un conjunto de reglas y constituciones de funcionamiento, tal como consta en los manuscritos recopilados por José Toribio Medina. Sin embargo, durante todo el siglo XVIII su funcionamiento fue irregular y apoyado esporádicamente en sus funciones, por los conventos femeninos.