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Escuela Normal de Preceptoras

El 5 de enero de 1854 se inauguró en Santiago la Escuela Normal de Preceptoras, un establecimiento educacional fundado con el objetivo de formar profesoras para la enseñanza primaria. Inicialmente, la Escuela estuvo ubicada en el convento de religiosas de la congregación del Sagrado Corazón, quienes además se encargaron de dirigirla y administrarla.

En su primer año de funcionamiento el Estado otorgó cuarenta becas para estudiar en la Escuela, las que fueron aumentando hasta llegar a alrededor de setenta en 1883. Las alumnas que ingresaron a estudiar fueron principalmente mujeres pobres y con poca formación. Esta carrera les ofreció la posibilidad de tener una remuneración estable y, además, "de acceder a un trabajo reconocido por los nuevos ideales, una profesión ilustrada y percibida como beneficiosa para la sociedad" (Peña, Macarena. Hijas amadas de la patria: historia de la Escuela Normal de Preceptoras de Santiago, 1854-1883, p. 118).

La Escuela funcionó como internado y su permanencia en ella era gratuita. Su currículum inicial estaba compuesto por materias como lectura, escritura, dogma y moral religiosa, gramática castellana, aritmética, geografía, dibujo, historia, métodos de enseñanza, costura, bordado y labores de aguja.

En 1883 la institución fue traspasada a profesoras alemanas y trasladada a un nuevo edificio estatal, el cual fue construido especialmente para albergar la Escuela. Para la historiadora Macarena Peña, este cambio representó un nuevo ideal, el de una formación pedagógica de carácter científico y profesional, para cuyo objetivo "la educación alemana resultaba ideal" (Hijas amadas de la patria…, p. 120).

Asimismo, de acuerdo a Macarena Peña, la Escuela Normal de Preceptoras "fue una institución que realizó con gran eficacia el disciplinamiento de las costumbres de la mujer popular en el Chile de la segunda mitad del siglo XIX" (Hijas amadas de la patria, p. 7). En el Reglamento para las relaciones de los padres i apoderados con el establecimiento de 1890, se describen algunas de las normas que las alumnas debieron cumplir en el establecimiento. Por ejemplo, había algunas prohibiciones, como no hacer uso exagerado de maquillaje y colonias. Además, la ropa, los días de salida y de visita al internado estaban reglamentados.