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Interesantes crónicas sobre esas latitudes

El viaje de Roxane por Oriente se prolongó alrededor de un año, pues su idea era conocer a fondo la cultura de ese continente. En esa época, Oriente era un destino atractivo para muchos escritores chilenos. Roxane no fue la primera intelectual en visitar dichos lugares lejanos. Inés Echeverría había viajado en 1905 y con motivo de esa experiencia escribió su primer libro, cuyo título fue precisamente Hacia el Oriente. Roxane regresó en 1931 y publicó en el diario El Mercurio semanalmente distintas crónicas sobre su viaje. Estas crónicas enseñaron a los lectores parajes antes desconocidos: "Yo pienso que igual cosa sucede con nuestra comprensión del misterioso chino...Vemos lo que los sentidos pueden ver, pero el enigma de la raza persiste" (Roxane. "El templo de Confucio en Pei-Ping", aparecida el 23 de agosto de 1931).

Algunas de sus crónicas más destacadas fueron: "Danzas japonesas de ayer y hoy", publicada el 10 de mayo de 1931; "Un viaje a la china", del 7 de junio de 1931; "Por la calles de Pei-Ping", del 28 de junio de 1931; "La ciudad prohibida en la capital de la china", publicada el 9 de agosto de 1931; "El templo de Confucio en Pei-Ping", aparecida el 23 de agosto de 1931, y "Singapore, el Gibraltar de Oriente", del 20 de diciembre de 1931.