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Las Águilas Humanas

En 1940 nació el circo Las Águilas Humanas, formado por Enrique Venturino Soto y sus hijos. Fue concebido desde un comienzo como una empresa de entretenimiento orientada hacia el espectador. En su momento, algunos manifestaron que desvirtuaba la profesión del circo, pero lo cierto es que reformó y modernizó el estilo de las presentaciones circenses de nuestro país. Para complacer al público, este circo debió renovar cada temporada los números de su espectáculo. Esta constante innovación fue una de las claves de su éxito, junto al hecho de que su elenco era reclutado no tan sólo en Chile, sino que también en el extranjero, suscitando un rico intercambio entre los artistas.

En Santiago este circo se presentaba en el Teatro Caupolicán. Una vez terminada su temporada en la capital, viajaban a provincia y otros lugares de América, ampliando la temporada circense a todo el año. Este circo se movía como una especie de ciudad ambulante, compuesta por varias carpas y un gran número de artistas, un gran contingente de obreros, electricistas, choferes y administrativos.