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Década de 1980

En 1980, Zig-Zag resurgió con la intención de renovar su programa editorial. Como no volvió a tener un taller propio, concentró sus esfuerzos en lo comercial. De este modo, en 1982 incursionó en la literatura educativa, con los clásicos resúmenes de la historia de Chile, la lectura complementaria o los textos escolares para niños. Por otra parte, logró completar un extenso catálogo de literatura infantil, juvenil y universal.

En esta década, además, lanzó uno de sus más grandes proyectos: una colección que reunió todo su patrimonio de libros y presentó un panorama completo de la historia y literatura de Chile. Esta gran obra se lanzó el 2 de octubre de 1984 y tuvo como título Historia Ilustrada de Chile y de su Literatura. Se publicó en varios tomos, cada uno acompañado por un libro de la editorial. En su elaboración participó en el área histórica Leopoldo Castedo, quien se propuso continuar la obra de Francisco Antonio Encina, que abarcaba la historia de Chile solo hasta 1891, y en el área literaria colaboraron estrechamente Hernán Díaz Arrieta (Alone), Jorge Edwards, Enrique Lafourcade, Hugo Montes, Fernando Debesa, Misabel Sáenz de Villarreal, Alfonso Calderón y Braulio Arenas.

Debido a su bajo costo, este libro tuvo gran éxito, cumpliendo su propósito de que todos los chilenos tuvieran acceso a su pasado histórico y cultural.

La redefinición de Zig-Zag en este período lo explica claramente su gerente general de esos años, Rodrigo Castro Cuevas: "Frente a la promoción y comercialización masiva que ha tenido el libro en el último tiempo, las empresas editoras nos enfrentamos a un desafío importante: tener que redefinir nuestras políticas editoriales y comerciales. Respecto a la política editorial, este desafío se traduce en crear una colección de libros de interés general, calidad y peso editorial que respondiera a una necesidad del mercado chileno y particularmente de los jóvenes. En el plano comercial, había que lograr costos y precios de venta adecuados para que esta masificación fuera posible, enfrentando el nuevo concepto de distribución no sólo por librerías sino a través de quioscos y supermercados" ("Gran proyecto Zig-Zag: Historia Ilustrada de Chile y de su Literatura", El Mercurio, 30 de septiembre, 1984, p. 1)

A fines de esta década, Zig-Zag había incrementado la venta a casi dos millones y medio de libros. Esto también fue posible porque aumentaron las exportaciones a Argentina, México, Venezuela, Colombia y Estados Unidos.