Subir

Última Esperanza

La colonización de la provincia de Última Esperanza comenzó en la década de 1890 gracias al empuje de los colonos de origen alemán e inglés, que fundaron estancias ovejeras en el territorio, arrendándolas al Estado por quince años. Sin embargo, entre 1905 y 1906 se inició el proceso de venta de terrenos, los que fueron comprados en su gran mayoría por la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego. Posteriormente, por medio de la compra de sus estancias a los colonos que ya existían en la zona, dicha compañía pasó a controlar casi toda la provincia. En 1910, sumando todas sus posesiones territoriales en la región, poseía en propiedad y en arrendamiento alrededor de tres millones de hectáreas, casi tres cuartas partes del territorio ganadero de Magallanes.

En 1911 se fundó Puerto Natales, y la instalación de sendos frigoríficos en esa ciudad y en el cercano Puerto Bories lo convirtió en un polo de atracción demográfica. La llegada de inmigrantes chilotes le dio un aire característico de ciudad obrera, que surtía de mano de obra a los establecimientos fabriles y a las cercanas estancias de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego.

Tras la caída de los precios de la lana a principios de la década de 1920, se inició un largo período de estancamiento de la actividad económica, que se acentuó en la década siguiente con las políticas proteccionistas adoptadas por el gobierno argentino. La crisis económica fue acompañada por protestas sociales, como el levantamiento obrero en Puerto Bories y Puerto Natales de 1919, y una huelga general ese mismo año, que fueron reprimidas violentamente.