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Ese pueblo sureño

Una infancia estrechamente ligada al campo y a la naturaleza, originó en Luis Durand una gran pasión por ese mundo. Por ello, toda su obra literaria se centró en la temática campesina. Desde su primera publicación más conocida, Tierra de pellines (1929), hasta Paisajes y gente de Chile (1953), se muestra como un escritor de lo típicamente chileno. En sus obras hay una búsqueda constante, un intento de lograr una respuesta de lo que representa la chilenidad. Dentro de esta temática, sus obras más representativas son: Campesinos: cuentos (1932), Cielos del sur: novela y otros relatos (1933), Mercedes Urízar (1934), Mi amigo Pidén y otros relatos (1939), Vino tinto y otros cuentos (1943), Casa de la infancia: cuentos (1944) y Frontera: novela del sur (1949), su obra cumbre. Además, publicó muchos cuentos y ensayos en revistas.

Escribió pocos libros que no fueran de esta línea temática: Gente de mi tiempo (1953), un catálogo de los intelectuales de su tiempo; Visión de Sarmiento: su inquietud fecunda y creadora (1938), ensayo sobre su vida; Presencia de Chile: ensayos (1942) y Alma y cuerpo de Chile (1947), dos ensayos que hablan sobre Chile; Guauguau y sus amigos (1947), cuento infantil publicado por la editorial Rapa Nui; Don Arturo (1952), biografía de Arturo Alessandri, y Un amor (1957), novela póstuma que retrató la vida urbana.

En su ensayo Alma y cuerpo de Chile, Luis Durand escribió más sobre esta pasión: "Siento que amo a mi tierra con ciega exaltación... En ese culto, en ese fervor he tratado de reflejar en mi obra todo lo que de Chile me atrae: lo típico en relieve, el encanto de su naturaleza, la singularidad de sus costumbres, el sabor autóctono del lenguaje y, en los uso, la elocuencia colorida de un poncho, el son de una espuela que es como el principio de una tonada; la simpatía de una montura, con su manea y su pegual, su lazo y sus prevenciones, su barriguera de cáñamo y sus estribos de palo" (Durand, Luis. "Elogio del terruño").