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Terremotos de 1822 y 1835

En noviembre de 1822 la zona central fue sacudida por un sismo de gran magnitud, relatado por la inglesa Mary Graham, quien lo vivió en Valparaíso: "De mala gana volvimos a la casa, por acompañar al inválido, y estábamos conversando tranquilamente cuando a las diez y cuarto, la casa se sacudió violentamente, con un ruido semejante a una explosión de pólvora. Mr. Bennet, salió de la cada corriendo y exclamando: '¡Un terremoto, un terremoto! salgan, síganeme, por Dios'. [...] Resolvimos entonces salir al corredor, con intención, naturalmente, de valernos de las gradas; pero el movimiento cobró en ese instante tal violencia que, mientras se derrumbaba un muro detrás de nosotros, saltamos de la pequeña plataforma al suelo; y en ese mismo instante la rápida trepidación de la tierra se cambió en un movimiento ondulatorio semejante al de un buque en alta mar, de suerte, que apenas y con gran dificultad, podíamos sostener a Glennie. El sacudiminto duró tres minutos" (María Graham. Diario de su residencia en Chile (1822) y de su viaje al Brasil (1823). Madrid: Editorial América, 1916, p. 376 y 377.).

A su vez, un terremoto afectó a Concepción y Talcahuano en 1835, destrucción narrada por Charles Darwin, quien se encontraba de paso por Chile. Este último lo describió así: "Un terremoto trastoca en un instante las más firmes ideas; la tierra, el emblema mismo de la solidez, ha temblado bajo nuestros pies como una costra muy delgada puesta sobre un fluido, un espacio de un segundo ha bastado para despertar en la imaginación un extraño sentimiento de inseguridad que horas de reflexión no hubieran podido producir" (Charles Darwin, Darwin en Chile (1832-1835): viaje de un naturalista alrededor del mundo. Santiago: Editorial Universitaria, 2009, p. 193). Asimismo, sobre la situación de Concepción y Talcahuano expresó: "En Concepción, cada fila de casas, cada mansión aislada, formaba un montón de ruinas bien distinto; en Talcahuano, al contrario, la ola que había seguido al terremoto y que inundó la ciudad no había dejado al retirarse sino un confuso montón de ladrillos, tejas y vigas, y aquí y allá alguna pared aún en pie". (p. 196). Este terremoto provocó además el cambio de emplazamiento de la ciudad de Chillán. Se trasladó desde lo que hoy es Chillán Viejo, a su ubicación actual. El desastre en Bío-Bío también se sintió en medio del Océano Pacífico, donde un terremoto y un tsunami afectaron el archipiélago Juan Fernández.