La demografía histórica fue una disciplina que se desarrolló a mediados del siglo XX. Ella intenta conocer la estructura de las poblaciones del pasado: su número, evolución y transformación a través del tiempo. Para construir sus estudios, los demógrafos recurrieron, principalmente, a los censos y registros parroquiales. El perfil dibujado por las fluctuaciones de los bautismos, matrimonios y defunciones permite conocer el crecimiento de los habitantes de un determinado lugar.

En Chile, el historiador Rolando Mellafe fue quien introdujo estas inquietudes en la historiografía chilena. Producto de años de trabajo en el Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE), indagó en los archivos eclesiásticos y redactó diversos ensayos de carácter metodológico. En 1988, publicó, junto a René Salinas Meza, el libro Sociedad y población rural en la formación de Chile actual: La Ligua 1700 - 1850, donde aplica todos los conocimientos que acumuló en la década de los setenta.

Durante las décadas de 1970 y 1980, diversos historiadores explotaron los archivos de las parroquias para realizar estudios demográficos. Fue el periodo de máximo auge de esta disciplina. Los trabajos se realizaron sobre las poblaciones de La Serena, San Felipe y Valparaíso, desmarcándose de la tendencia centralista de la historiografía chilena y aportando al conocimiento de la historia regional. A pesar de la enorme cantidad de archivos que aún están inexplorados, en la actualidad, esta disciplina está casi abandonada en nuestro país.