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Poesiectomía (2005)

La mayoría de los poemas de Poesiectomía no sobrepasan las cuatro estrofas. La contención y la economía del lenguaje se conjugan para producir un libro de título hermético, que parece indicar una operación quirúrgica sobre el acto de escribir. En ese sentido, el último poema del libro es elocuente: en él, el hablante lírico describe casi asépticamente su práctica escritural:

Me prolongo en el lecho.

Las rapideces, lentas.

"El lápiz", ruego, a tientas.

Escribo: "Escribo." Y fecho.

(Poesiectomía. Santiago: Lom, 2005. p. 102)

La reflexión metapoética revela a un yo lánguido, casi sin fuerzas, que se mueve en cámara lenta y ruega por un lápiz para anotar "Escribo". La fecha final actúa como firma y como afirmación, como si la escritura de la fecha otorgara cierto grado de realidad a ese efímero acto de inscripción.