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diversas comunidades

Respecto de las relaciones de las comunidades Aconcagua con sus vecinos, se sabe que dicha interacción cultural ocurrió principalmente dentro de la región, ya que evidencias diaguitas se encuentran en los valles del Aconcagua y Maipo-Mapocho, pero evidencias Aconcagua no aparecen en yacimientos arqueológicos del Norte Chico. Es probable que la incorporación de población diaguita al Tawantinsuyo y el avance del imperio inca hacia el sur haya acentuado la presencia de familias investidas por el estado en los valles del Huasco y Elqui, los cuales avanzaron hacia el sur en calidad de mitimaes o funcionarios a cargo de los nuevos asentamientos administrativos incaicos. Estas nuevas instalaciones fueron Cerro Mercacha, Pucara del Tártaro, El Castillo, los tres en la cuenca del río Aconcagua; Chena, Catemu y Chada en la cuenca del río Maipo; y por último, Cerro La Compañía en el valle del río Cachapoal.

La época prehispánica tardía, conocida como fase Diaguita-Inca (siglos XV-XVI) ha sido bien estudiada en la cuenca del río Aconcagua y en el borde costero que acompaña su desembocadura, donde se conoce el sitio Quintay. Situación similar a lo que ocurre en la costa de la cuenca de Santiago donde se han excavado fragmentos de cerámica Diaguita-Inca en la Laguna El Peral, ubicada entre el balneario de las Cruces y Playa Blanca.