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autoridades étnicas

Los cementerios de la Cultura Aconcagua fueron utilizados por varias generaciones a modo de mausoleos familiares. Al observar su distribución regional, es distintiva la presencia de este tipo de cementerios en los valles de la depresión intermedia, más que en la costa.

En Chicauma y valle Hermoso se han excavado ofrendas de camélido, por lo cual se piensa existían personalidades importantes que recibían un trato algo distinto al común, como podían ser aquellos líderes étnicos mencionados por los cronistas peninsulares en el siglo XVI. De hecho en Chicauma y Bellavista-1 se han identificado túmulos o monítulos de tierra de mayor tamaño que presentan también mayor número de ofrendas cerámicas, por lo cual debieron existir consideraciones respecto de la jerarquía y los rituales practicados, como la cantidad de ofrendas y rituales calendáricos para los muertos allí enterrados.

Los arqueólogos han notado una interesante variabilidad en los tipos, cantidades y disposiciones de las ofrendas cerámicas en los entierros, lo cual sugiere diferencias en la posición social de los difuntos durante su vida como adultos. En cementerios como Chicauma se registra una distintiva cantidad de piezas Aconcagua Salmón, mientras en el cementerio de Quilicura se nota una predominancia de la alfarería Diaguita-Incaica en cuyo contexto solo se rescató una escudilla Aconcagua Salmón. En cambio, en el curso superior del río Aconcagua los cementerios de túmulos presentan mayoritariamente ofrendas cerámicas conocidas por su pintura roja aplicada como engobe recubriendo la superficie de la pieza. Otra situación especial que se aprecian en el ofertorio en los cementerios es la presencia de flautas de pan o silbatos elaborados en combarbalita, hallazgos realizados en los cementerios de Chacabuco y de la hacienda Bellavista. Dichos instrumentos han sido recuperados en excavaciones de cementerios ubicados en el territorio nuclear diaguita.