Desde sus primeros años de existencia, la Cruz Roja colaboró y patrocinó distintas actividades de protección a la infancia. Éstas se fortalecieron con el correr de los años y, desde 1928, se materializaron en programas más específicos como la creación y fomento de los campos de sol; formación de colonias para niños; organización de asilos y casas de salud; instalación de consultorios para niños; instalación de gotas de leche, salas cuna, roperos; desayunos y almuerzos escolares; y policlínicos escolares.

Luego de varias campañas de salud bucal para niños y jóvenes, la Cruz Roja tomó temporalmente la dirección del Servicio Dental Escolar en momentos en que la cuestión social en nuestro país alcanzó el punto más crítico, colaborando activamente en las campañas que desde el Estado se implementaban a este respecto.

De la misma manera, desde 1929 el Comité Central editó una "Cartilla sobre protección de salud de los escolares", donde se encontraban detallados los principios e instrucciones básicas acerca de esta materia, y que estaba destinada a la divulgación de estos métodos en los miembros de la Cruz Roja.

Otras instancias de ayuda de gran trascendencia para los niños fueron las inauguraciones de los preventorios infantiles "El Belloto", "Papudo" y "San José de Maipo" destinados a albergar a niños abandonados, desnutridos o simplemente, a darles unos días de vacaciones a través de sus programas de colonias para niños. Estos preventorios tuvieron sus reglamentos uniformados en 1957 llamado Reglamento para los Preventorios.

Estas medidas fueron de gran ayuda para muchos niños desprotegidos en medio de un ambiente de pobreza generalizada del país.