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Larga historia

La crítica literaria en Chile tradicionalmente fue considerada una profesión secundaria o paralela. Por esta razón muchos de los más destacados críticos nacionales dedicaban a esta actividad las horas libres que les dejaban sus ocupaciones lucrativas: abogados, médicos, historiadores, profesores, periodistas y presbíteros, formaron las primeras generaciones de críticos nacionales. Para Raúl Silva Castro el crítico: "Busca satisfacción espiritual en el comercio de las letras, lee, medita, abstrae, y poseído de cierto afán de comunicación que podría parecer invencible, llega a escribir sólo cuando cree poseer un acervo digno de ser comunicado al lector" (Silva Castro, Raúl. La literatura crítica de Chile. Santiago: Andrés Bello, 1969. p. 43).