No sabes lo que es todo esto,
corregir y corregir manuscritos, quemarlos.
Despertar a las tres o cuatro de la mañana
y volver a corregir.
Adolfo Couve

Adolfo Couve planteó en su trabajo literario una particular forma de desplegar el mundo narrado. Alejado de las influencias contextuales e históricas, desarrolló su narrativa rescatando elementos del criollismo, el realismo y el naturalismo, abriendo un camino de influencia distinta en la literatura nacional. Del mismo modo en que perfiló su pintura, en su obra literaria está referenciada directamente la realidad, sin exigir a la imaginación nuevas texturas para interpretarla. Gran parte de la crítica especializada destacó en la propuesta de Couve su estilo, que hurga en el lenguaje y la sintaxis hasta acercarse a la perfección. Así su narrativa es considerada como una forma particular de poesía. Para el crítico José Alberto de la Fuente es "una operación fronteriza entre la síntesis que huye de la retórica y la intención de desbordar los límites de la experiencia, que el mismo narrador, a través de la forma de presentar y 'esfumar' a sus personajes, pretende rescatar, enfrentando, desde el fondo de la memoria, a la bajeza y a la grandeza humana" (José de la Fuente. "Identidad y realismo en la narrativa de Adolfo Couve", Literatura y Lingüística, (13): 90, 2001-2002). Acerca de la forma en que el escritor enfrentaba su creación literaria, Adriana Valdés señaló: "Y una actitud que lo caracteriza, una especie de constante conciencia de ir contra la corriente, de oponerse con su forma de narrar a otras, más consagradas hoy por el comentario general. Ha corrido por ello el peligro de ir a parar a las notas marginales de una historia literaria, a la categoría de dolor de cabeza transitorio para quienes deben clasificar... Es cierto que escribe bien, y que no hay casillero mental donde meterlo, en realidad. Entonces surge la pregunta: con quién dialoga, con quién se mide en la escritura" (Valdés, Adriana. "El síndrome de Flaubert", Reseña, (5): 21, octubre, 1989).