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Capital minera de Chile

En el período de expansión minera se constituyeron los principales monumentos arquitectónicos y culturales de Copiapó. La estación de ferrocarriles, el barrio circundante, la catedral, la locomotora, la casa de los empleados de ferrocarril y otras construcciones nos recuerdan al Copiapó tradicional que emergió del auge de las faenas mineras. A pesar del cuantioso capital que requirió la construcción del primer ferrocarril de América del sur, pronto se construyó la estación de ferrocarril, con un andén cubierto, un salón principal para pasajeros, recintos administrativos y bodegas. Se trata de un armónico edificio neoclásico construido con la tabiquería típica de la región. Paul Treutler, un testigo de la época, señala que en la estación de ferrocarril había numerosos montículos de minerales de plata, oro y cobre. Eran los depósitos de los dueños de minas y de sus compradores, que tenían en el mismo edificio sus sucursales y empleados. Siempre había gran animación: llegaban carretones y tropas de mulas cargadas con minerales, que bajaban empinados caminos desde los cerros. Otro aporte arquitectónico notable del ferrocarril fue el edificio llamado "Habitación para los empleados", que está en la acera poniente de la avenida Manuel Antonio Matta. La catedral copiapina es otro edificio que se construyó gracias a la influencia del desarrollo minero. Hacia 1840 producto de la prosperidad minera se decidió reconstruir la iglesia mayor y en 1849 se iniciaron los trabajos que, en definitiva, han resistido al menos tres fuertes terremotos. Finalmente, cabe destacar como una herencia de la prosperidad del ciclo de la plata y el cobre la casa de la familia Matta, que hoy alberga al museo regional de Atacama, la Casa de Viña de Cristo, la Municipalidad de Copiapó, el palacio Toro Lorca y otras construcciones que dan cuenta de aquella época de esplendor que forma parte del patrimonio histórico y del imaginario nacional.