Francisco Contreras fue el primer poeta chileno que adhirió al Modernismo. Desde muy joven fue admirador de Rubén Darío, lo que influyó sin duda en su obra. Esmaltines, su primer libro, publicado a los 18 años. Fue considerado un texto modernista por su innovación a nivel formal y temático. Éste, compuesto principalmente de sonetos de metro corto, es un libro de experimentación. Así por ejemplo, a nivel formal, es posible detectar la presencia de diversos vocablos anacrónicos y neológicos, en tanto que en el tema se manifiesta una ruptura con los poetas del antiguo régimen.

El crítico Matías Rafide, que ha estudiado la obra literaria de Francisco Contreras va incluso más allá al afirmar: "Se inició en Chile bajo el influjo directo del modernismo. Pero, sin abandonar la amistad con Darío, preconizó la teoría del mundonovismo, como una etapa de superación del modernismo. Es decir, constituye un intento de prolongar dicho movimiento derivándolo hacia las costumbres autóctonas, la descripción del paisaje nativo, la exactitud en la reproducción del lenguaje, incluso los dialectos y vulgarismos (Muñoz Lagos, Marino. La Prensa Austral (Punta Arenas), 4 de mayo, 1995, p. 2)