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condición de abandonar

Los relatos sitúan en Perú o en Venezuela el primer encuentro entre Pedro de Valdivia e Inés de Suárez. Lo cierto es que convivieron en Lima y desde allá emprendieron rumbo hacia Chile en 1540. Como mujer española sin marido, Suárez estaba impedida por ley a unirse a la expedición. Para sortear este obstáculo, Valdivia presentó a Francisco Pizarro la petición de incluirla en condición de criada personal. En el Reino de Chile continuó su relación amorosa sin mayor aspaviento de la tropa.

En 1548, Valdivia regresaba del Perú tras obtener refuerzos para la Capitanía y de combatir contra la rebelión que sufría el Presidente del Perú, Pedro La Gasca. Su partida se frustró porque lo detuvieron para ser procesado por varias inculpaciones ligadas a su autoridad en Chile. Estas provenían de un puñado de sus soldados que estaban disconformes con las recompensas percibidas durante la conquista. Varias de las 57 acusaciones referían a su relación con Inés de Suárez, mencionando que la privilegiaba otorgándole más recompensas que al resto y de que llevaban una vida escandalosa, porque él estaba casado con otra mujer. Valdivia se defendió con éxito de todas las difamaciones, pero no pudo librarse de la que lo acusaba de adulterio. La Gasca condicionó su absolución y confirmación del título de Gobernador "a que no converse con ella inhonestamente (...), ni viva con ella en una casa, ni entre ni esté con ella en un lugar sospechoso...". Además debía casarla dentro de seis meses o de lo contrario enviarla fuera de Chile (Barros Arana, Diego. Proceso de Pedro de Valdivia y otros documentos inéditos concernientes a este conquistador, p. 126).