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Nueva institucionalidad del cine

El cine nacional cuenta, desde el cambio de siglo, con una nueva institucionalidad, caracterizada básicamente por el fin de la censura cinematográfica previa, en 2001, y la promulgación de la Ley de Fomento al Audiovisual, en 2004.

El fin de la censura previa fue un anhelo de larga data. Si bien en Chile se instauró en 1925 un sistema similar al que operaba en varios países, es decir que toda película que aspirara a ser distribuida en el circuito comercial debía ser revisada antes, la verdad es que en Chile la censura previa se mantuvo durante largo tiempo, cuando ya incluso en Estados Unidos se había abandonado, y, más aún, se endureció durante el Gobierno de Augusto Pinochet. La censura no fue sólo una prerrogativa teórica de los organismos calificados para ello: fue una realidad cotidiana. Se estima que entre 1925 y 2001 se censuraron en nuestro país más de mil cintas, destacando el caso de la cinta nacional Palomita Blanca, que pudo ser exhibida solo veinte años después de filmada. Naturalmente, esto operaba como un mecanismo de desincentivación a la realización nacional.

A fines de 2004, la Ley de Fomento al Audiovisual creó el Consejo del Arte y la Industria Audiovisual y el Fondo de Fomento Audiovisual, con el objetivo de desarrollar, fomentar, difundir y proteger la industria audiovisual y sus obras existentes. El Consejo, presidido por el Ministro de Cultura e integrado por 17 personas del ámbito público (ministerios) y privado (industria audiovisual, académicos) administrará el Fondo de Fomento Audiovisual, destinado a desarrollar programas y subvenciones para la promoción, distribución y exhibición de obras nacionales.