De todos los proyectos sometidos en las cámaras ninguno hay como el de la Universidad

(El Semanario de Santiago. Número 15, 13 de octubre, 1842, p.125).

Debido a la alicaída reputación que tenía la Universidad de San Felipe por su origen colonial, luego de la formación del Instituto Nacional en 1813, poco a poco este comenzó a acaparar las labores educacionales y de acreditación. De acuerdo a Sol Serrano, ya para la década 1820, "literalmente a la Universidad no le quedaba sino el sello" (Serrano, Sol. Universidad y nación: Chile en el siglo XIX. Santiago: Universitaria, 1994. p 66).

En 1832 se realizó un nuevo plan de estudios que daba facultades particulares al Instituto Nacional como el único establecimiento educacional capaz de entregar grados y tomar exámenes. Sin embargo, la Universidad de San Felipe desacató el mandato y también concedió títulos y realizó evaluaciones.

Esta desobediencia no gustó en el Gobierno de José Joaquín Prieto (1786-1854), que planificaba reformas de largo plazo y no quería incluir a la vieja institución educacional en el proceso por considerarla inútil y peligrosa para los propósitos republicanos. En ese contexto, durante junio del año 1842, el Congreso Nacional comenzó un debate en torno a la creación de una nueva institución de educación universitaria de carácter nacional que correspondiera al Chile independiente: la Universidad de Chile.

La opinión pública y la alta sociedad se mostraron optimistas con relación a la importancia de la creación de una nueva universidad. Si bien entendían que la creación de una institución educacional era fundamental para el desarrollo de la nación, durante la segunda mitad de 1842 aun no había acuerdo en relación con el sistema mediante el cual se elegiría a la plana directiva de la Universidad. El Gobierno propuso que estuviera bajo sus facultades la designación de las autoridades, lo que generó la negativa por parte de la oposición liberal e hizo que el proyecto se aplazara en el Congreso.

El proyecto de la Universidad de Chile supuso una argumentación ideológica amplia tanto en el Congreso como en la opinión pública. Por un lado, había acuerdo en relación con su importancia, pero, por otro, discusiones de fondo como la separación de la política y la educación fueron parte del debate entre conservadores y liberales.

El proceso completo, tanto de la creación de la Universidad de Chile como de la discusión en el Senado, fue seguido por medios de la época como El Semanario de Santiago, que dedicó páginas de sus números 3, 15 y 18 a informar sobre el proceso legislativo.

A fines de 1842 se fundó la Universidad de Chile y a comienzos de 1843 asumió la rectoría Andrés Bello, cargo que mantuvo hasta su muerte.