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Cazadores recolectores costeros

Consecuente con una economía cazadora recolectora de amplio espectro que pervive hasta el tiempo histórico en los pueblos Changos, en el período Arcaico se establece un mecanismo de trashumancia o movilidad estacional constante a lo largo de la costa. Especialistas en la caza de mamíferos terrestres y aves marinas, así como en la recolección de mariscos y la pesca de orilla, los cazadores recolectores Huentelauquén (8000 - 4000 a.C.), dejaron evidencias entre las regiones de Antofagasta y Coquimbo. Se trata de conchales o acumulaciones de conchas de loco (Concholepas concholepas), lapas (Fissurella sp.) y chitón (Poliplacophora sp.), y en menor cantidad choro zapato (Choromytilus chorus), erizo (Loxechinus albus) y ostión (Argopecten purpuratus), todos alimentos consumidos por estos grupos humanos. En los conchales también se encuentran artefactos de molienda, como morteros y manos de moler, así como desechos e instrumentos de piedra que sirvieron a la caza y faenamiento de las presas, como raspadores, raederas, puntas lanceoladas y pedunculadas. Elementos muy característicos del complejo cultural Huentelauquén son los "litos geométricos": objetos de piedra con formas geométricas, como triángulos o círculos con muescas de hasta 22 lados, que estarían ligados a aspectos rituales, interpretación construida en base a la ausencia de elementos que nos hablen de otro tipo de funcionalidad.

Entre los años 4000 y 400 a.C., el aumento de la temperatura (conocido como optimum climaticum) afectó los recursos marinos, estimulando a los habitantes de la costa a desarrollar nuevas tecnologías con el fin de mejorar la obtención de los mismos. En este contexto surge en Arica el anzuelo de concha (de Choromytilus chorus), instrumento cuyo uso se extenderá hasta Huasco, permitiendo el acceso a peces de mayor profundidad. De esta manera, a las especies de moluscos y a los materiales culturales antes descritos, se suman anzuelos compuestos y otolitos de peces como tollos (Mustelus mento) y corvinas (Cilus gilberti).

Hacia el sur, las nuevas adaptaciones costeras se conocen como Complejo Papudo (5000 - 2000 a.C.) y Complejo Guanaqueros (2000 - 400 a.C.), grupos que utilizaban intensamente los recursos costeros, pero que mantuvieron vínculos con el interior.