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el cuerpo y la lengua

"Esto que te escribo chiiit, no se lo digas a nadie calladita porque si te escuchan me cuelgan: chiiit, son las ventajas de la escritura"


(A media asta, p. 33).


La poesía de Carmen Berenguer busca articular ciertas texturas -sean corporales o escriturales- con el lenguaje, la política y el género. Según Diamela Eltit, con Bobby Sands desfallece en el muro Berenguer "escribió con su propio cuerpo un guión en el que se iba a cursar una agonía política, [...] construyó lo político y allí el cuerpo como una posibilidad manifiesta de organizar un trabajo en el cual se iba a desplegar una poética singular" ("Se parece a su última oportunidad", p. 58).

Por su parte, en A media asta destacan algunos "ejes de significación" que Eugenia Brito resume en lo "mapuche y las diferentes etnias aplastadas por la cultura dominante, y la mujer como cuerpo especialmente oprimido" (Brito, Eugenia. "La oralidad como proceso de producción de la escritura: Carmen Berenguer", p. 171). Jaime Lizama apunta que este poemario se "escribe en la historicidad de la colonización de una Lengua [...] y la conquista de las lenguas" ("'A media asta" o 'La lengua maldita' (poema de Carmen Berenguer)", p. 293), en un contexto latinoamericano. Es así como algunos versos del poemario desarrollan el desgarro y heridas corporales que provoca la "lengua" como palabra y creación poética: "Es lengua que desea herirte y limpiarte / aunque la maldición recaiga sobre ella la dueña de la / lamentación: / ella que es inocente / como la sangre de las ovejas y que cometió perjuro / lavándola con su sangre en su estado larvario / y con la sangre de larvas azufrosas se bañó" (Carmen Berenguer, A media asta, p. 25).

Sayal de pieles es el poemario donde el cuerpo aparece más encriptado, como texturas, "relieves" (p. 35), "papiro de pieles" (p. 58), "PELLEJO DE MANCHAS" (p. 38) y "aciaga piel" (p. 19). De esta forma, este "silabario babélico, se desentiende de las apariencias líricas, para inmiscuirnos en las propias entrañas poéticas" (Novoa, Marcelo. "Mudar de piel", p. B6). Entrañas de una escritura que exacerba el choque entre la palabra y el cuerpo, la escritura y la piel.

Finalmente, es la ciudad la que ofrece una metáfora femenina a partir de la piel, esta es la "empielada", la cual alude a un "ejercicio del género, el del simulacro: la exaltación por medio del maquillaje y del vestuario de las características femeninas" (Sepúlveda, Magda. "Representaciones de Santiago en Huellas de siglo de Carmen Berenguer", p. 120).