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La escritura de Camilo Henríquez

Camilo Henríquez es hoy conocido como el "padre de la prensa chilena", debido a su magnífica labor periodística y por impulsar la creación y difusión de los primeros periódicos en nuestro país. Sin embargo, su vena literaria ha sido omitida por muchos críticos e historiadores, a pesar de que cultivó el género del ensayo -tanto para transmitir sus ideas políticas como para comentar acerca de las obras teatrales-, el género dramático y el poético.

Por su parte, los ensayos políticos los publicaba en la Aurora de Chile, donde tuvo la oportunidad de insertar sus artículos, los que firmaba utilizando el seudónimo de Patricio Curiñancu. Algunos de éstos son: "Nociones fundamentales sobre los derechos de los pueblos", "Observaciones sobre la población del reino de Chile", "El Catecismo Patriótico y la educación" y "Desventajas del latín para la educación", entre muchos otros.

Asimismo, en este periódico, publicó sus comentarios sobre teatro. En uno de éstos, titulado Del entusiasmo revolucionario, escribió una especie de manifiesto teatral, en el que determinó que su creación literaria la pondría al servicio de la causa política. Así señaló: "Yo considero al teatro únicamente como una escuela pública, y bajo este respecto es innegable que la musa dramática, es un gran instrumento en las manos de la política". Desde esta visión, elaboró sus dos obras dramáticas: La Camila o La patriota de Sudamérica y La inocencia en el asilo de las virtudes: segundo drama sentimental. Según Raúl Silva Castro, esa constante subordinación del arte a la política y de la creación literaria a la utilidad pública, acredita la influencia de Rousseau en su pensamiento. Por otra parte, Camilo Henríquez en sus comentarios recomendaba tragedias como Roma libre de Alferi y La Jornada de Maratón, del francés Jean Francois Gerault, porque consideraba que ambas despertaban "sentimientos heroicos, ideas sublimes, raptos de patriotismo y grandeza de alma".