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Bolaño, aún desconocido

El Bolaño de la década del 70 fue un perfecto desconocido que se jugó la vida en concursos literarios de las provincias españolas. Por aquella época trabajaba en Roses, a medio camino entre Figueras y Cadaqués y por las noches intentaba escribir la poesía. Así Bolaño describió estos años: "Mi vida no tenía nada de glamour, sobre todo si entendemos la palabra glamour tal como la entienden y la ejemplifican esos cientos de exiliados latinoamericanos, sobre todo aquellos que se dedican al arte o al espectáculo (de hecho, dudo mucho que sepan la diferencia entre arte y espectáculo). Digamos que entonces yo trabajaba vendiendo bisutería, es decir que tenía mi pequeño negocio, y vivía como un árabe de las Mil y una noches, o como un judío del ghetto de Praga, sin frecuentar el círculo de Kafka, pero aprendiendo esos nombres tan pintorescos que designan las diversas piezas de bisutería. Los mediodías solía ir a bucear a una escollera del puerto en donde aún era posible ver pulpos. Cuando los pulpos me veían se alejaban y yo los seguía, sin tocarlos, durante un buen trecho. Por las noches, después de contar las ganancias y las pérdidas del día, y anotarlas en un cuaderno muy grueso, me ponía a escribir, tirado en el suelo (no tenía mesa) y a veces pensaba en el ojo del pulpo que había visto ese mediodía y todo me parecía magnífico. Si no hubiera sido víctima de una estafa, probablemente aún seguiría en el mismo negocio" (García Luis, "Entrevista a Roberto Bolaño", abril, 2001).

En Barcelona, Bolaño comenzó a moverse en un ambiente donde no había escritores y aunque tenía amigos literatos, también tenía amigos de otro tipo. Para él fue una época de muchos cambios y emoción, así lo reflejó en su cuento "Sensini", que formó parte del libro Llamadas telefónicas. En dicho relato representó estos años de incertidumbre y búsqueda de un espacio en el ambiente literario español.

En 1984 publicó su primera novela, Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce, la que escribió con Antoni García Porta: "Es una novela que escribí a dos manos con Toni García Porta. Él hizo un borrador y yo lo acabé. Nos divertimos mucho escribiéndola, sobre todo yo. Fue una época en que trabajaba en una tienda y por las noches dormía allí mismo, no tenía televisión, no tenía radio, no tenía nada, y me ponía a escribir. Fue muy divertido" (Gras Miravet, Dunia. "Entrevista con Roberto Bolaño", Cuadernos Hispanoamericanos, (604): 53-65, octubre, 2000). Por ella recibió el Premio Ámbitu Literario de Narrativa de Barcelona.