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Amargo

Sus primeros cuentos, publicados en la revista Amargo desde 1946 hasta 1948, de inmediato tuvieron buena recepción y por ello el autor los integró en compilaciones posteriores.

Debe destacarse que Guillermo Blanco fue siempre un autor muy prolífico, un escritor que empezó a los nueve años: "Vivía en una pensión y en una oportunidad en que mis padres llegaron tarde, comencé a escribir. Fue una poesía que titulé "Mi caballo". Mi mamá la celebró mucho y ahí recibí el primer estímulo que fue muy necesario" (María Luz Contardo. "Guillermo Blanco: un escritor para todos los géneros", La Segunda, 6 de noviembre, 1973).

Se ha declarado a sí mismo un amante de las palabras, un incansable buscador de significados: "Y a menos que sea ciego, sordo, enmurallado; a menos que no viva, tendré que ir descubriendo con el tiempo nuevas honduras y matices; la vasta subterraneidad, la submarinidad maravillosa del lenguaje" ("Incorporación Académica de Guillermo Blanco", El Mercurio, 6 de junio, 1971, p. 28).

Los relatos de Guillermo Blanco aparecen en diversas antologías tanto nacionales como extranjeras. Uno de sus cuentos más citados es "Adiós a Ruibarbo". Éste y otros textos suyos han sido incluidos en recopilaciones internacionales tales como: Chilean Modern Shorts Stories (Gran Bretaña: Cambridge University, 1962); El cuento chileno (Barcelona: Bruguera, 1968); Crónicas de Chile (Buenos Aires: Jorge Álvarez, 1969); Antología del cuento chileno (Barcelona: Acervo, 1969); Antología Hispanoamericana (Madrid: Planeta, 1969), Paskasii sa Kiirotiente; selección de los mejores relatos de animales de la literatura universal (Bulgaria: Sofía, 1971).