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Poética autoral

En 1998 Benjamín Galemiri definía así su obra: "El tema de la palabra ha sido fundamental y sigo predicando lo mismo: de qué manera somos capaces de dominar y ser dominados a través de ella, y cómo el mundo cambia a través de lo dicho. A ello se agregan los subtemas: la imposibilidad de comprensión entre hombres y mujeres; los enfrentamientos; las luchas; el erotismo; las pugnas de hombres; y el arribismo en la sicología humana" ("Benjamín Galemiri lanza Antología de sus obras teatrales". El Mercurio, Valparaíso, octubre 7, 1998, p. C10).

Jorge Díaz ha dicho sobre Galemiri que alaba "su libertad formal carente de normas convencionales" y el modo alegre y transgresor con que "encara el hecho dramático" (citado en Thomas, Eduardo. "Función de las didascalias en los textos dramáticos de Benjamín Galemiri". Anales de Literatura Chilena nº 8, Pontificia Universidad Católica de Chile, diciembre 2007, p.156). Su dramaturgia destaca por la superabundancia textual y la autonomía que logra como texto, fundamentalmente, gracias a la función y el efecto estético de las didascalias. Para el estudioso Eduardo Thomas, el discurso acotacional en las obras de Benjamín Galemiri opera en un doble sentido: "uno, autorreflexivo, hacia sus operaciones creadoras del mundo ficcional, y otro, hacia el establecimiento y explicitación de las vinculaciones intertextuales del texto. Ambas funciones confluyen en la construcción de la imagen central de un dramaturgo que reflexiona sobre su propia labor creadora" (p. 157). El soporte textual y estético hace de su obra una inusitada apuesta política al reflexionar con lucidez y complejidad sobre las relaciones de poder.