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Hermenéutica

La hermenéutica sostenía la preeminencia de la razón y de la consciencia histórica para comprender e interpretar cada una de las manifestaciones objetivas del desarrollo del espíritu, cada una de las obras humanas realizadas en la historia, a partir de las propias y particulares vivencias. La interioridad de la conciencia cobró aquí especial relevancia.

Las vivencias y la interioridad de la consciencia histórica sólo podían comprenderse (verstehen), no explicarse (erklären), como en el caso de los objetos del mundo natural estudiados por las ciencias empíricas naturales. Los métodos, por tanto, necesariamente debían ser distintos. La comprensión constituía entonces el método fundamental y propio de las ciencias del espíritu. Comprensión que implicaba la interpretación del significado total de las vivencias del ser humano como objeto pero también como sujeto de estudio.

Luego, ya entrado el siglo XX, la hermenéutica volvió a revalorizarse, en nuevo tono, gracias a la particular impronta señalada en la obra de Martin Heidegger (1889-1976) y en la de Hans Georg Gadamer (1900- 2002). En ambos autores, la hermenéutica no sólo significó un método sino sobre todo un modo radical de referir la existencia humana. En efecto, el humano se develó aquí como un comprender y su relación con el lenguaje resultó ser literalmente esencial. La hermenéutica impulsaba al ser humano al reencuentro con el inicio, con el acontecimiento apropiador entre el ser, el pensar y el lenguaje. De ahí la radical importancia que adquirió el nuevo sentido otorgado al rescate de la tradición, toda vez que siempre quedaba algo por pensar a partir de la realización, en clave hermenéutica, de la determinación de lo no dicho en lo dicho por la tradición. La comprensión supone la remisión a la búsqueda de una unidad total de sentido por ello siempre apela a la historicidad y al rescate de la tradición y de la autoridad.

El filósofo argentino, avecindado en Chile, Alejandro Vigo en su artículo Hans Georg Gadamer y la filosofía hermenéutica, publicado poco tiempo después de la muerte del autor, arroja luz no sólo en lo que respecta a las relaciones entre el pensamiento de Heidegger y Gadamer, sino sobre todo en lo que respecta a la importancia radical que adquiere la comprensión (verstehen) y, por tanto, la recuperación filosófica de la experiencia del sentido y de verdad que supone la hermenéutica de Gadamer.

En Chile la hermenéutica ha sido rescatada fundamentalmente en los ámbitos filosóficos, teológicos y literarios. Desde la filosofía, sin embargo, ha sido tematizada en un amplio rango de áreas disciplinarias entre los que se cuentan, la filosofía del arte, la filosofía de la historia, la ontología, la antropología filosófica, la filosofía de la religión, etc.

De las dos grandes líneas hermenéuticas reconocidas: la clásica, y la originada a partir del pensamiento de Heidegger y Gadamer se trabaja actualmente con mayor énfasis en la preconizada por estos autores. Los filósofos chilenos Carla Cordua, Ricardo Salas, entre otros, han realizado interesantes aportes al respecto. Por su parte, Jorge Acevedo se ha ocupado sobre todo de reflexionar en torno a los aportes heideggerianos para la comprensión de la época moderna y la era de la técnica apelando, entre otras cosas, a demarcar las diferencias radicales sostenidas entre lo que a partir de Heidegger resulta ser característico de una época cuya racionalidad se caracteriza por referir al mundo mediante el pensar computante, ordenador, planificador, y el pensar meditativo o rememorante, como suelen traducirlo otros autores, que apunta a lo que ya hemos señalado. Es decir, a un pensar que rescata la comprensión y la tradición.