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Rari

Al noreste de la ciudad de Linares, en las cercanías de las Termas de Panimávida y Quinamávida, en la localidad de Rari, se teje una cestería en miniatura, liviana y transparente, de brillantes colores. Este trabajo artesanal no es propiamente una cestería en el estricto sentido, más bien es un tejido de entramados que las manos de las artesanas elaboran con agujas y mucha delicadeza.

Es difícil establecer con exactitud en qué momento las tejedoras de Rari comienzaron a manufacturar estas artesanías. A partir de varias leyendas que hablan del origen de esta tradición, se ha podido inferir que este arte se inició en la localidad hace un par de siglos como derivación de una artesanía más primitiva desarrollada allí.

El material utilizado para este tipo de cestería no ha sido siempre el mismo y ha ido variando con el tiempo. En un comienzo la materia prima para elaborar estas figuras transparentes fueron las raíces de álamos que se teñían con tintes vegetales, extraídos de las plantas del entorno. En seguida, las diferentes piezas se confeccionaron con crines animales, de vaca o de caballo, ya que eran bastante más fáciles de tejer, y se teñían con anilinas. Hoy se ha incluido también una fibra denominada ixtle, material que se extrae de una cactácea que procede de México.

Entre los varios motivos rarinos podemos encontrar ramos de flores, canastitos, mariposas, rosarios, brujas, marcadores de libros, anillos y una gran variedad de objetos ornamentales.