Alejandro Jodorowsky es una de las figuras emblemáticas de la, a estas alturas, legendaria generación del cincuenta. Mientras estudiaba Filosofía en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, trabó amistad con Enrique Lihn, Enrique Lafourcade y Jorge Edwards, entre otros jóvenes que vivían la exaltación poética en los alrededores del Parque Forestal de Santiago. Jodorowsky parecía más interesado en su incipiente carrera de mimo y marionetista que en sus estudios universitarios, por lo que se dedicaba a organizar diversos espectáculos teatrales en un taller que tenía entonces en calle Villavicencio y en el Teatro Experimental de la Universidad de Chile. Eso hasta 1953, año en que decidió partir a París con nada más que cien dólares en el bolsillo y muchas ganas de triunfar.