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Federico Albert, "padre de la conservación en Chile"

Rafael Elizalde le ha asignado a Federico Albert el título de "padre de la conservación en Chile", calificándolo de "apóstol y sabio", puesto que, por un lado su cerebro poseía la ciencia, y por el otro, su corazón la iniciativa para la acción fecunda y generosa. Para el biógrafo nacional Virgilio Figueroa, Albert fue un "sabio y tesonero investigador". Aparecía constantemente en la administración, en la prensa, en las salas de conferencias, en la literatura nacional como propagandista, apóstol y creador de recursos industriales y alimenticios. Albert fue un defensor y restaurador de las riquezas, en vía de agotamiento por nuestra "incorregible imprevisión racial".

Todos los testimonios sobre Albert y las características de su vida nos indican que era un trabajador enérgico e infatigable: pronunció una infinidad de conferencias y publicó 125 libros, folletos y artículos de revista sobre la investigación, legislación y propaganda de los servicios a su cargo.

Sus escritos se encuentran en los Anales de la Universidad de Chile, Anales Agronómicos, Boletín de la Sociedad Científica de Chile, Boletín de la Sociedad Nacional de Agricultura, Boletín del Centro Industrial y Agrícola, Boletín de la Sociedad de Fomento Fabril, Boletín de la Revista Chilena de Historia Natural y en el Boletín de Bosques, Pesca y Caza, del que Albert fue creador y colaborador permanente e incansable.

Sobre la labor de Albert, Elizalde ha señalado que se quemaba las pestañas escribiendo artículos, monografías, opúsculos, textos de conferencia, libros con el fin de enseñar a los chilenos lo que su territorio tenía y como se podría obtener provecho de los recursos naturales renovables. Antes de los 30 años de edad ya había publicado más de cincuenta obras sobre estos temas. En verdad, señala Elizalde, "cuesta creer que un sólo hombre pudiera multiplicarse en tal forma, pues continuamente tenía que desplazarse por el país para atender, controlar y dirigir obras".