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primeros directores

Los tres primeros directores de la Academia de Pintura fueron europeos. A ellos les correspondió desarrollar el plan de fomento artístico trazado por el gobierno de Manuel Bulnes.

El encargado de iniciar sus actividades fue el pintor italiano Alejandro Cicarelli, contratado por el gobierno de Chile mientras se encontraba en Río de Janeiro, invitado por Pedro II como pintor de cámara de la corte de y profesor de pintura de la emperatriz. Cicarelli, quien profesaba una verdadera admiración por el arte antiguo, tuvo como meta formar pintores de historia, capaces de narrar con el pincel temas de la antigüedad y para ello estableció un programa de estudios que contemplaba el dibujo de estatuas, la copia de estampas, y las clases de historia, mitología clásica y religión. Entre los primeros alumnos se contaban Nicolás Guzmán, Antonio Smith, Manuel Antonio Caro, Pascual Ortega, Miguel Campos, Onofre Jarpa, Manuel Tapia y Agustina Gutiérrez.

Su formación en la academia italiana, significó la introducción en el país de un academicismo acendrado en la enseñanza de las artes. Prontamente surgió la rebeldía, la crítica y la protesta de algunos de sus discípulos.

Cumplió sus funciones hasta que fue reemplazado por el alemán Ernersto Kirchbach, quien desempeñó este cargo entre 1869 y 1875, quien siguió la línea academicista trazada por su antecesor, aunque se caracterizó por una mayor flexibilidad para con sus alumnos.

El tercer director, el italiano Giovanni Mochi inauguró una enseñanza más libre, abandonó los temas grandilocuentes, orientando a los estudiantes hacia temas más simples, la pintura al aire libre y los temas costumbristas. Se mantuvo a la cabeza de la institución entre 1875 y 1883, aunque siguió desempeñándose como profesor hasta 1891.

Hacia 1900, la Academia había iniciado su decadencia. Apenas contaba con cursos pictóricos a cargo de dos profesores y un ayudante. En ese momento se le encargó la reorganización al destacado escultor nacional Virginio Arias, quien sacó adelante la institución. Sus primeras acciones las dirigió a suprimir el ausentismo académico y la indisciplina de los alumnos. Contrató maestros europeos, entre los que se contaban el español Fernando Álvarez de Sotomayor, el francés León Bazin y los catalanes José Corteza y Bartolomeo Cabré. A ellos se unían los docentes nacionales, los pintores José Mercedes Ortega, Pedro Lira, Simón González y entre los escultores, el mismo Arias. Consiguió además fondos para comprar pinturas y estatuas para los cursos. En 1902 la Escuela se abrió con nuevos cursos.