Entre el borde norte de la avenida Providencia y la ribera del río Mapocho, existieron numerosos establecimientos e industrias de diversos rubros: la fábrica de calzado La Magnere, Paños Girardi, Baldosas Grau, Sederías Chile y la Fábrica de Cerveza de Gubler y Cousiño a la entrada de Vitacura. Por otra parte, los conventillos colmaban las calles José Manuel Infante, Román Díaz, Manuel Montt y Pérez Valenzuela. Hacia el oriente, el magnate Fidel Oteíza era propietario de conventillos vecinos a las residencias de la clase alta. De esta manera, y pese a la incisiva suburbanización de los sectores más pudientes, la mezcla social en este espacio era muy cotidiana.