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Excursión de Rodulfo Amando Philippi al interior de Valdivia

Desde su llegada a Valdivia en diciembre de 1851, Rodulfo Amando Philippi realizó varias incursiones al interior de la provincia, primero con la finalidad de conocer el fundo que su hermano Bernardo Eunom había adquirido para los colonos alemanes que habían llegado junto con él y luego para reconocer el entorno natural y dar sus primeros vistazos y análisis sobre la flora y fauna de Chile.

La primera de estas incursiones fue la que realizó en febrero de 1852 junto a dos acompañantes -antiguos discípulos de Philippi en Kassel-, algunos guías locales y de las comunidades Mapuche del sector. Los acompañantes eran los ingenieros en minas Carlos Ochsenius, quien se había embarcado con Philippi en Hamburgo, y Guillermo Döll, quien había llegado en 1845 junto a las primeras familias de colonos alemanes. La primera ciudad que visitaron durante ese periplo entre bosques y ríos fue Futa, un pequeño pueblo cercano a Osorno, para luego pasar por tierra a esta última ciudad. La intención de los expedicionarios era alcanzar las alturas del Volcán Osorno y desde allí divisar el lago Llanquihue y toda la provincia en extenso (Barros Arana, Diego. Don Rodulfo Amando Philippi. Su vida y sus obras. Santiago: Imprenta Cervantes, 1904, p. 71).

Este viaje fue brevemente mencionado en dos ocasiones, primero en las misivas y carta geográfica enviadas por Guillermo Döll al Consejo Universitario y luego por una breve carta de Philippi dirigida a Ignacio Domeyko (1802-1889) para explicar algunos datos que Döll no dejaba tan claros en su comunicación. Esa carta geográfica, confeccionada con las vistas de la provincia y del lago Llanquihue, tenía como finalidad complementar el mapa confeccionado años antes por Bernardo Eunom Philippi (1811-1852).

La información y los detalles específicos de este viaje se mantuvieron en reserva hasta 1901, cuando Rodulfo Amando Philippi publicó su memoria "Valdivia en 1852" en La Revista de Chile, dividida en tres partes, donde da cuenta incluso de la expedición realizada décadas antes por Claudio Gay (1800-1873). En dicho texto, Philippi describió su llegada a Corral, su posterior traslado por el río Valdivia y el Calle-Calle hasta la ciudad de Valdivia, junto a una descripción de la misma.

Según Philippi, esta era bastante pobre en construcciones y solo en el centro de la ciudad era posible encontrar edificios de construcción sólida, mientras que en los alrededores dominaban las construcciones de estilo "araucano", como él las describió. De hecho, se refirió a una de estas casas, la que estaba formada de "troncos de roble partidos, a los que el hacha había dado una forma cuadrada, formaban las murallas; no tenían cimiento, estaban enterradas en la tierra en zanjones de un metro de profundidad. El piso de las piezas era formado de tablones labrados con el hacha, el cielo raso era de tocuyo [tipo de tela de algodón]; las ventanas estaban cerradas por una reja cruzada de madera, contra la cual se clavaba tocuyo cuando el viento empujaba la lluvia para adentro; en el hueco de las ventanas había un estrado, en el cual las señoras de la casa se sentaban con los pies cruzados como en el Oriente; las paredes de las piezas estaban en las casas mejores, entabladas; los muebles muy primitivos; sofaes, sillones, sillas de junco eran objetos raros, de lujo; no había carpinteros a no ser acaso algún desertor de buque, así es que el cepillo y otros instrumentos de carpintería eran casi desconocidos" (Philippi, Rodulfo A. "Valdivia en 1852". La Revista Chile, Santiago: Hume y Compañía. Tomo VI, Número 10, 1901, p. 300).

Explicó también cómo se abastecían los diferentes negocios que se encontraban en gran parte de las casas de la ciudad. Una porción de los productos vendidos en ellos, principalmente agrícolas, eran adquiridos en los pueblos de las provincias, mientras que ciertos alimentos procesados y bienes manufacturados llegaban cada cierto mes desde el puerto de Valparaíso. Esto último hizo que el desabastecimiento fuese algo normal en Valdivia y otras ciudades del sur, con lo que explicó la pobreza reinante en la provincia, a la que, según Philippi estaban haciendo frente los colonos alemanes con sus establecimientos, ya que tenían contacto directo con comerciantes alemanes en Valparaíso. Según el propio Philippi, los colonos habían introducido actividades como la zapatería, herrería, carpintería y amasandería, entre otras.

En la segunda parte de su exposición, Philippi abordó los detalles de la excursión hacia el Volcán Osorno, la que partió en bote por el río Valdivia hasta llegar a la localidad de Futa, a través del río del mismo nombre. En el camino, Philippi describió diversos paisajes, destacando "colinas bastante repechadas" que "tocan inmediatamente al agua, de modo que no queda sendero en las riberas del río, y sus faldas están cubiertas de la vegetación más lujuriante y encantadora que se puede imaginar" (Philippi, p. 329). De camino a Osorno se mostró asombrado por el tamaño de los árboles, sobre todo de ulmos, muermos y laureles, y diferentes plantas y flores que comparó con las de las selvas de Brasil.

Al llegar a Osorno por tierra los recibió el herrero alemán Jorge Aubel, uno de los nueve jefes de familia que habían llegado junto a Bernardo Eunom en 1845. Luego de recorrer y describir tanto los alrededores como la historia de Osorno, la expedición procedió a recorrer el camino hacia el volcán el 17 de febrero de 1852. En varios de los intentos por ascender hasta la cumbre, Philippi y sus compañeros debieron hospedar con algunas comunidades mapuche, donde pudo observar sus costumbres e idioma. Aunque en ninguno de los intentos lograron llegar a la cima, en la subida pudieron observar gran parte de la provincia desde las alturas, lo que le permitió a Döll dibujar el boceto de lo que sería su mapa complementario de la provincia.

La relación de Philippi termina con su regreso a Valdivia por el mismo camino de ida, las labores que realizó para adquirir el fundo San Juan, en el que se iba a instalar la segunda migración de colonos alemanes contratados por su hermano Bernardo Eunom y algunos otros datos que pudo recabar sobre la provincia años más tarde, cuando realizó otras expediciones para conformar sus colecciones de flora y fauna.