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“Los primeros pasos del arte tipográfico, especialmente en Valparaíso” (1930) de Roberto Hernández

"Los primeros pasos del arte tipográfico, especialmente en Valparaíso" fue una conferencia dictada por el director del periódico El Chileno (1906-1915), Roberto Hernández Cornejo (1877-1966), en la Biblioteca Severín de Valparaíso, con motivo de las "bodas de diamante" de la fundación de la Sociedad Tipográfica de esa ciudad, fundada el 6 de mayo de 1855. Esta conferencia fue publicada en formato de libro, en 1930 por intermedio de la Imprenta Victoria junto a "Camilo Henríquez y la publicación de la Aurora de Chile", homenaje leído en el Teatro de la Victoria con motivo de los 112 años de la aparición del primer periódico publicado en Chile.

Como lo indica su título, la conferencia da cuenta del surgimiento de la disciplina tipográfica hacia las décadas de 1820 y 1830 con las primeras imprentas que llegaron a la zona. La primera de estas, establecida en Valparaíso, de propiedad de Pedro Félix Vicuña (1805-1874), fue posteriormente refundida con la imprenta traída por el tipógrafo estadounidense Thomas G. Wells, de cuya combinación surgió El Mercurio de Valparaíso, el día 12 de septiembre de 1827 (Hernández, Roberto. Los primeros pasos del arte tipográfico en Chile y especialmente en Valparaíso. Camilo Henríquez y la publicación de la "Aurora de Chile". Valparaíso: Imprenta Victoria, 1930, p. 18-19).

Luego de la Batalla de Lircay, en 1830, Pedro Félix Vicuña se desvinculó de la imprenta de El Mercurio, así como lo había hecho Ignacio Silva un año antes. Para 1833, en dicha imprenta no quedaba casi ninguno de los socios pioneros (Hernández, Roberto, p. 19).

Según José Santos Tornero (1808-1894), establecida en 1827 por Wells y Silva, la imprenta pasó a manos de Ladislao Ochoa el 1 de septiembre de 1832, "quien al cabo de un año" la vendió al ciudadano argentino, Luis Calle. Desde 1838, la imprenta era administrada por Perry Echart, "no sé si como su propietario, o como socio del señor don Luis Calle". En 1841 fue adquirida por el tipógrafo español Manuel Rivadeneira (1805-1872), quien la compró a Echart, para, posteriormente, hacia 1842, pasar a manos de Santos Tornero (Tornero, Santos. Reminiscencias de un viejo editor. Valparaíso: Imprenta de la Librería del Mercurio, 1889, p. 15).

Tras la instalación de estas imprentas, surgieron otros establecimientos como la Imprenta del Comercio en 1829, la Imprenta Cosmopolitana en 1833 y la Imprenta Liberal en 1839, pero solamente la Imprenta del Comercio "fue un establecimiento con larga vida" (Hernández, p. 19).

Con el paso de los años, continuó aumentando el número de imprentas y litografías, que facilitaron la producción gráfica de Valparaíso (Hernández, p. 26), gracias a la llegada de nueva tecnología proveniente de Alemania, Francia e Italia en la segunda mitad del siglo XIX (Castillo, Eduardo. Puño y letra. Movimiento social y comunicación gráfica en Chile. Santiago: Ocho Libros, 2006, p. 23). Este aumento de establecimientos gráficos tuvo como consecuencia el nacimiento de muchos periódicos y diarios como La Bolsa, La Reforma, La Gaceta de Comercio, El Público, El Cívico de Valparaíso, El comercio de Valparaíso, entre otros (Hernández, p. 20-22).

Para la composición de los textos de dichos periódicos, creados en fechas cercanas a 1850, se utilizaban tipos móviles provenientes principalmente de Europa. Las opciones tipográficas de ese entonces eran reducidas, en su mayor parte se utilizaban tipografías transicionales, una familia de fuentes caracterizadas por tener un eje vertical o ligeramente inclinado, un contraste más pronunciado en sus trazos que las fuentes antiguas, con terminaciones más finas "gracias a los avances en las técnicas de grabado e impresión" (Soca, Ana Inés. Tipografía II. Apunte de Cátedra interactivo. Buenos Aires: Cátedra FILA, carrera de Diseño en Comunicación Visual, Facultad de Artes, Universidad Nacional de La Plata, 2019, p. 10, recuperado de catedratecno1.com.ar/teoria.html).

La conferencia de Roberto Hernández "Los primeros antecedentes del arte tipográfico" también otorgó antecedentes sobre la fundación, el 6 de mayo de 1855, de la Sociedad Tipográfica de Valparaíso encabezada por tipógrafos como Isidoro Ocón, Juan Carlos Valdivieso y Román Vial y Ureta (1833-1896), entre otros. Esta entidad tenía como objetivos velar por los ahorros de los trabajadores y el progreso de la tipografía, ayudar a quienes quedaron imposibilitados de trabajar y a sus familias, entre otras acciones mutualistas ("Primer Centenario de la Sociedad Tipográfica de Valparaíso, 1855-1955". Edición especial del Boletín Oficial de Informaciones de la Sociedad Tipográfica. Número 73, Valparaíso, 6 de mayo 1955, p. 10.)