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Sección Artes y Estudios de Numen

Parte del contenido de Numen estaba orientado a las artes y a la difusión de textos de carácter estético-filosófico, los que se publicaron en la sección "Artes y Letras" que desde su segunda edición se llamó "Artes y Estudios". Esta apareció entre noviembre de 1918 y diciembre de 1919.

En una primera etapa, mientras Numen se editaba en Valparaíso, la sección ocupaba cuatro de las ocho páginas del semanario. Posteriormente, cuando Numen se trasladó a Santiago y se editó en la imprenta homónima, la sección disminuyó sus páginas -a una o dos-, pero mantuvo su orientación. En sus primeras ediciones también dio cuenta de las actividades teatrales en Chile, pero luego este contenido tuvo su propio espacio en la sección "Página teatral".

Uno de los aspectos por los que se caracterizó la sección fue que, por lo general, solía publicar al menos un poema, que, en ocasiones, ocupaba un lugar central de la composición de la página. La mayoría de estos poemas correspondieron a autores y autoras chilenas, entre ellos, Daniel de la Vega (1892-1971), Gabriela Mistral (1889-1957), Alejandro Vásquez Armijo, Pascual Brandi Vera (1894-1971), María Antonieta Le Quesne (1895-1921), Neftalí Agrella de la Fuente (1898-1957), Jorge González Bastías (1879-1950), Max Jara (1886-1965), Óscar Segura Castro, Zoilo Escobar (1875-1979), Fernando García Oldini (1896-1965), Benjamín Velasco Reyes (1889-1957) y los directores de Numen, Alberto Moreno Méndez (1886-1918) y Juan Egaña (1896-1928). Algunos de estos escritores también colaboraron con otras obras en el semanario, como fue el caso de Mistral, quien publicó los textos "Elogio a la alegría" y "Oración de la maestra".

La sección, además, publicaba avisos sobre actividades artísticas en Chile. Se dio a conocer, por ejemplo, el Salón Oficial de Bellas Artes de 1918, que fue calificado de una "pobreza crónica" ya que en su mayoría presentó "pintores desconocidos y otros ya retirados de la vida activa del arte" (D'ivoire, Jean. "Salón Oficial". Numen. Número 1, 11 noviembre 1918, p. 4). Por el contrario, el semanario elogió la "Exposición de Primavera", en el contexto de las "Fiestas de la Primavera" de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, que calificó como "una clarinada de redención, con que la juventud augura mejores días para los artistas nacionales" (D'ivoire, Jean. "Exposición de Primavera". Numen. Número 2, 18 noviembre 1918, p. 7).

En "Artes y Estudios" apareció el apartado "Bibliografía y crítica literaria", en el que se daba cuenta de los "libros, folletos o revistas importantes de índole esencialmente artística, que lleguen a nuestra redacción acompañando un comentario o ligera crítica de los principales de ellos" ("Bibliografía y Crítica Literaria". Numen. Número 29, 1 noviembre 1919, p. 8). En uno de los artículos de este apartado, se comentó el libro Por el camino más triste de Carlos Barella (1892-1966), del que se criticaba el título de la obra por considerarlo "cursi" y también la ilustración que acompañaba al libro, sin embargo, en relación con los poemas del volumen se indicaba que estos "nos devuelven la convicción que teníamos de nuestro estimado amigo. El autor de 'Por el camino, etc…' es un poeta innegable. Podrán la mayoría de sus versos pecar de inconsistentes, monótonos y hasta demasiado plañideros (para mí es este el defecto mayor), pero son parejamente bellos, sentimentales, armoniosos" (Egaña, Juan. "Bibliografía y Crítica Literaria". Numen. Número 27, 18 octubre 1919, p. 9).

Otro apartado que se publicó esporádicamente en "Artes y Letras" fue "Los intrusos", que, a diferencia del segmento anterior, presentó un tono polémico. En él, se indicó que se haría referencia a "ciertas personalidades que en nuestro mundo literario y político juzgamos indignas de los títulos con que generalmente se les designa. Creemos necesario contribuir de alguna manera a devolver el prestigio que merecen los calificativos de: poeta, estadista, literato y en general todo esos que se han adjudicado antojadizamente ciertos ex-hombres de nuestro país" (Durán, Sergio. "Los intrusos. Antonio Bórquez, el inmortal". Numen. Número 20, 24 abril 1919, p. 7).

En "Los intrusos" aparecieron artículos sobre los escritores Antonio Bórquez Solar (1872-1938) y Joaquín Díaz Garcés (Ángel Pino) (1877-1921). En relación con este último, se lo calificó como un "lamentable engendro de nuestro ambiente aristo-cursi-crítico-intelectual, es Joaquín Díaz uno de los prototipos más autorizados del arribismo literario. Su mayor mérito ha consistido en haber colocado su inteligencia y sus mediocres cualidades artísticas al servicio de los potentados" (Juan Cristóbal. "Los intrusos. Joaquín Díaz Garcés". Numen. Número 17, 24 abril 1919, p. 8).

Hacia mediados de 1920, cuando la revista era dirigida por Juan Egaña y Pablo de Rokha (1894-1968), se continuaron publicando en Numen creaciones literarias y artículos referidos al arte, aunque sin una sección fija. En este contexto, aparecieron con frecuencia fragmentos de obras de Pablo de Rokha, como fue el caso de "El folletín del diablo" -texto que continuó apareciendo en Claridad (1920-1932)-, y poemas de Winétt de Rokha (1892-1951).