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Alberto Moreno Méndez (1886-1918)

Alberto Moreno Méndez nació el 8 de agosto de 1886 en Chañaral, Región de Atacama. Pasó la mayor parte de su vida en Valparaíso, lugar en el que entabló amistad con Carlos Pezoa Véliz (1879-1908), Zoilo Escobar (1875-1959), Víctor Domingo Silva (1882-1960), Oscar Segura Castro y Juan Egaña (1896-1928). Se le ha descrito como "un hombre solitario y no le importaba ni la fama ni la publicación de su obra" (Meléndez Páez, Pedro. "Alberto Moreno". La poesía en Atacama. Antología mayor. Santiago: RIL y Universidad de Atacama editores, 2018, p. 345). Por ejemplo, se ha indicado que cuando Segura Castro y Egaña anunciaron la publicación de un libro del escritor, Moreno contestó "¿Para qué?", por lo que era considerado como "un desdeñoso de las apariencias. Vivía sumergido en las esencias" (Meza Fuentes, Roberto. "Alberto Moreno". Las Últimas Noticias, 16 diciembre 1939). En 1912, publicó "Los cerros" en Azul (1913), revista dirigida por Vicente Huidobro (1893-1948), y en 1918 colaboró en Juventud (1911-1951) con el poema "La urna lírica".

En 1915, Moreno tradujo Las flores del mal del escritor francés Charles Baudelaire (1821-1867), por quien "sentía una profunda admiración". Esta fue la "primera traducción del libro en Hispanoamérica", sin embargo, el texto no fue publicado durante su vida (Teillier, Jorge. "Los poetas olvidados". En Viaje. Número 345, julio 1962, p. 7).

En relación con su poesía, Moreno indicó que no adscribía a ninguna tendencia literaria, sino que escribía únicamente por la "necesidad psíquica de fijar ciertas bellezas interiores florecidas por el contacto de otras bellezas circunstanciales de la vida ordinaria. No escribo solo por escribir poesías cuando se me antoje o cuando quiera hacerlas. No; escribo cuando la emoción me hace nacer esa necesidad psíquica de que hablo, y entonces trato de exteriorizar el trance con la mayor honradez posible y exactitud en la introspección, a fin de que resulte originalidad, es decir, la verdad" (Moreno, Alberto citado por Molina Núñez, Julio y Araya, Juan Agustín. "Alberto Moreno". Selva Lírica. Santiago de Chile: Soc. Impr. y Litogr. Universo, 1917, p. 141).

En contraste con esta visión, se ha mencionado que, "por el lustre y subjetividad de su poesía, debe figurar como el primero de los poetas simbolistas, a la cabeza de ese fuerte núcleo de combate que forman Pedro Prado, García Huidobro, Jorge Hübner, Ángel Cruchaga, Luciano Morgado y otros. Hay poemas de Alberto Moreno que un Baudelaire o un Maeterlinck prohijarían sin vacilar" (Molina Núñez, Julio y Araya, Juan Agustín. "Alberto Moreno". Selva Lírica. Santiago de Chile: Soc. Impr. y Litogr. Universo, 1917, p. 141).

En Selva Lírica, también se indicó que Moreno habría escrito Los inculpables, drama en prosa y tres actos, que "hace palpitar en sus personajes, de una manera fuerte y emocionante las luchas sordas que entablan las eternas víctimas del amor, que caen inmoladas en alas de sus ideales, maldecidas por media humanidad y sin tener más culpa que la de ceder ante el misterio de los destinos irrevocables" (Molina Núñez y Araya, p. 142).

En noviembre de 1918, inició su labor como director del semanario Numen, junto a Luis Roberto Boza y Juan Egaña. También publicó en estas ediciones el poema "Asilo taumaturgo" y los artículos "La prensa" y "De las raíces espirituales". En paralelo a esta labor en Numen, trabajaba en la Municipalidad de Valparaíso.

Moreno fue director de Numen en sus primeros dos números solamente, ya que el 19 de noviembre de 1918 falleció en Valparaíso. Según Pascual Brandi Vera, Moreno tenía tuberculosis ("A la memoria de Alberto Moreno". Numen. Número 3, 29 noviembre 1919, p. 6). El semanario le dedicó la tercera edición en homenaje, en el que se incluyeron: poemas del autor -algunos firmados entre 1907 y 1914-; textos de otros escritores y amigos; y también se reprodujeron artículos que aparecieron en los medios El Mercurio de Santiago, El radical y El Chileno, con motivo de la muerte de Moreno. Posteriormente, la revista continuó publicando poemas del autor, entre ellos, "Sábado".

Con motivo del aniversario de los dos años del fallecimiento del autor, en 1920, la sección "Los nuevos" de Claridad (1920-1932) cambió su nombre a "Los muertos" y dedicó un artículo al autor. En este texto se hacía referencia a que Moreno cantó "todas las bajezas dolientes y pintarrajeadas del suburbio, de la taberna y del lupanar". También se planteó un parangón con la poesía de José Domingo Gómez Rojas (1896-1920), pues "dentro de una enorme relatividad de los tópicos esenciales de sus poesías", puede ser considerado un "hermano de Domingo Gómez Rojas, muerto glorioso como él. Y lo que en Gómez Rojas es lamento y elegía es en Moreno interrogación enloquecida y angustiosa. Porque aquel hombre que murió en el Manicomio era sedeño y dulce mientras el poeta de 'Corrosivo Espiritual', no paraba ante nada su imaginativa percepción analítica" (Ossorio, Fernando. "Los muertos". Claridad. Año 1. Número 7, 20 noviembre 1920, p. 6).

En 1926 se publicó De las zonas vírgenes, volumen de poemas póstumo de Alberto Moreno Méndez, al cuidado de Neftalí Agrella (1898-1957) y editado por Nascimento.