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Poesías de la Sra. Amelia Solar de Claro (1916)

En 1916, un año luego del fallecimiento de Amelia Solar Marín, se publicó el libro Poesías de la Sra. Amelia Solar de Claro, editado por la Imprenta y Encuadernación Antigua Inglesa en la ciudad de Santiago. Este volumen reunió algunas obras de la autora "Recopiladas para la escuela primaria", según se explicitó en el subtítulo del libro.

El libro contó con dos prólogos. El primero, de José Ducci Kallens (1884-1931), médico y primer presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. Ducci también fue el esposo de Laura Claro Solar, hija de la autora. El segundo prólogo fue escrito por María Orfilia Lagunas Vargas, profesora, quien entre 1916 y 1917 publicó textos de historia para el uso escolar y también libros de carácter filosófico.

El primer prólogo resaltó la figura de Amelia Solar como una escritora heredera de una tradición intelectual proveniente de su hogar y de un carácter virtuoso. De esta "comunión de cerebro y de alma nacieron sus poesías donde se trasluce la pureza cristalina de todo su ser; donde se trasluce su fe inquebrantable en un Ideal infinito". Si bien este texto se centró principalmente en Solar como persona, mencionó que en sus poemas la autora: "No tuvo sino conceptos poéticos, sanos y nobles y en los versos inspirados por el amor maternal especialmente, desarrolló toda la cariñosa dulzura de su alma virginal" (Ducci, José. "Amelia Solar de Claro". En Poesías de la Sra. Amelia Solar de Claro. Santiago: Imprenta y Encuadernación Antigua Inglesa, 1916, p. 5-6).

Desde otro punto de vista, el prólogo escrito por Lagunas Vargas se orientó hacia "el educador" como destinatario del volumen. Para esta autora, el profesor, "el verdadero educador", era quien conocía que "nada sirve la ciencia de los libros, si el alma yace inculta y si conserva intactas las impresiones del egoísmo; que los niños necesitan dirigir su espíritu hacia la senda de lo bueno, de lo bello y deben apoyarse en algo para no desfallecer en la lucha tormentosa de la vida en que es fuerza combatir". En este sentido, el libro de Amelia Solar sería una "valiosa y eficaz ayuda" para cumplir ese doble propósito de cultivar el conocimiento y también el alma (Lagunas V., M. Orfilia. "Dos palabras". En Poesías de la Sra. Amelia Solar de Claro. Santiago: Imprenta y Encuadernación Antigua Inglesa, 1916, p. 7-8).

En relación con los textos reunidos, el libro integró los poemas "Lágrimas", "A mi padre", "El sacrificio de un amigo", "El diablo", "Tentación", "Amor de madre" y dos poemas que se titularon de la misma forma: "A mi padre (en el día de su santo)", el primero compuesto por cinco estrofas y el segundo por cuatro. Respecto a sus temáticas, predominaron los poemas que dieron cuenta de la "necesidad de sujetos caritativos, que puedan sacrificarse para realizar el bien" y los dedicados a la figura del padre, en los que se construyó "una relación ideal entre el hijo (o hija) y el padre; poemas que no particularizan, sino que remiten al ideal de paternidad (figura protectora de la familia, y también sujeto cariñoso)" (Landeros, Damaris. "Amelia Solar (Marín) de Claro: tradición y ampliación del espacio escritural". En Contreras, Joyce; Landeros, Damaris y Ulloa, Carla. Escritoras chilenas del siglo XIX: su incursión pionera en la escuela pública y el campo cultural. Santiago de Chile: Red Internacional del Libro®Editores, Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, 2017, p. 197-200).

Poesías de la Sra. Amelia Solar de Claro integró, también, dos obras teatrales: El primer día de vacaciones, juguete dramático y María Cenicienta, juguete cómico en dos actos y cuatro cuadros. La primera correspondió a un texto inédito de la autora en el que se presentó la historia de unas niñas que se reúnen a jugar y conversar el día siguiente al término de las clases en la escuela. La segunda obra fue una adaptación del cuento clásico La Cenicienta. A diferencia de El primer día de vacaciones, María Cenicienta ya había sido editada previamente en formato folleto en 1884 y luego en 1898.

Respecto al corpus de textos recopilados en este volumen se ha planteado que existe una "visión moral y androcéntrica del deber ser femenino, promoviendo valores como templanza y obediencia por sobre otras actitudes", como se presentó, por ejemplo, en la obra María Cenicienta, en cuya trama la protagonista perdona a sus hermanastras y madrastra de las ofensas que ha recibido. En este sentido, este volumen fue un ejemplo del ejercicio censor que se practicaba en las primeras décadas del siglo XX en relación con la lectura en el ámbito escolar. Así, "la escuela procuraría seleccionar textos que difundan esta visión hegemónica y que no 'contaminen' al lector, haciendo que el acceso a la literatura que no fuera afín a esta perspectiva quedase limitada a los adultos varones, quienes sí tendrían en este momento el derecho y la capacidad de ser considerados sujetos racionales capaces de discernir lo bueno de lo malo" (Landeros, Damaris. "Lectoras infantiles: representación de las primeras lecturas en autobiografías de escritoras chilenas". En Valenzuela, Pilar. Literatura y educación. Construyendo identidades. Santiago: RIL editores - Universidad Autónoma de Chile, 2021, p. 152).