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Ideas políticas en el Diario de María Graham

A lo largo de las páginas de Diario de una residencia en Chile, Maria Graham expresó una serie de ideas y opiniones políticas referentes al momento histórico que vivió el país durante la guerra de independencia y bajo el gobierno de Bernardo O´Higgins (1778-1842).

Su posición como ciudadana extranjera y sus conocimientos la situaron como una espectadora crítica, que tomó partido y demostró una natural inclinación hacia los aportes que los británicos, principalmente Lord Cochrane (1775-1860), podían hacer al proceso político chileno: "Graham orienta sus anotaciones y comentarios hacia las ventajas que considera ofrece todo lo inglés, sugiriendo que si la nueva nación las adopta podría llegar a ser parte de una civilización superior" (Martínez Sanz, María. "Diario de una viajera". Graham, Maria. Diario de mi residencia en Chile en el año 1822. Santiago: Grupo Editorial Norma, 2005, p. 11-12).

En ese sentido, Graham se explayó sobre la disolución del Senado conservador y el llamado a un proceso constituyente por parte de O´Higgins. Al respecto, la autora entregó varias recomendaciones, entre ellas que "cuanto más simple sea una cosa aquí, tanto mejor; es probable que el Director y un Senado, o el Director y un alcalde por cada ciudad, que serían removidos anualmente, y que equivaldrían a los consejos de los primitivos reyes o patriarcas, se adaptaría por muchos años a ese estado social más bien que ninguna otra complicada forma de legislatura. A este consejo habría de llamarse naturalmente a los jefes del ejército y de la armada" (Graham, Maria. Diario de residencia en Chile en 1822 i de viaje de Chile al Brasil en 1823. Santiago: Impr. Cervantes, 1902, volumen 1, p. 219).

Por otra parte, hizo constantes referencias a la limitada población del país, a la falta de mano de obra calificada, su falta de educación y a la preeminencia que podía tener el mar como herramienta de progreso para Chile. Además, apeló a la unión entre política y religión para el desarrollo ciudadano, a los que juzgó en varias ocasiones por su profunda fe católica.

Respecto al mar, la religión y la política, Graham escribió que "Chile es un país tan esencialmente marítimo, limitado como se halla su territorio por los Andes, de los países orientales y por el desierto de Atacama de los países del norte, que si yo fuera legislador dirigiría toda mi atención y todo mi interés hacia el mar. Haría del día de San Pedro una festividad nacional esencialmente marítima: distribuiría premios a los pescadores y a los lancheros; acordaría recompensas honoríficas a los oficiales; recibiría y solucionaría todas las peticiones y representaciones que tuvieran atingencia con el mar; en una palabra, haría sentir en ese día que la protección del gobierno se daba la mano con la de la religión para amparar a la más útil y, por consiguiente, a la más favorecida clase de los ciudadanos chilenos" (Graham, p. 236-237).

Además, en varios pasajes del Diario, Graham dejó ver sus opiniones liberales a través de críticas a sujetos como José Miguel Carrera (1785-1821) y José de San Martín (1778-1850), mientras alababa la toma de decisiones de O´Higgins en el ámbito educacional, sobre todo a partir de la integración del sistema Lancaster -sistema basado en la enseñanza mutua entre profesor, estudiantes avanzados y pupilos-, la creación de escuelas o el crecimiento de la Biblioteca Nacional.

Respecto a Carrera, Graham escribió que era un hombre apasionado e impetuoso, vicioso e incapaz de controlar su carácter, personalidad que lo llevó al fracaso durante su gobierno y las batallas por la independencia. A pesar de aquello, la autora cree, desde su liberalismo, que el fusilamiento de los hermanos Carrera fue de una severidad inútil y que "en los gobiernos la severidad inútil es siempre criminal. La autoridad se les confiere para que puedan aumentar y resguardar la felicidad de la comunidad con la menor restricción posible de la libertad o de la felicidad de los individuos. Pero, mientras se desarrollaba la lucha por la independencia, los nuevos gobernadores sintiéndose tan embriagados con el poder, que, con el nombre de la libertad en los labios, oprimían y asesinaban, y cuando satisfacían así sus bajas pasiones personales, llamaban a eso sus deberes públicos" (Graham, p. 57).

Sobre Bernardo O´Higgins, Graham resaltó su educación -recibida en Inglaterra- y su franqueza y simpleza para gobernar. Al momento de comparar al Director Supremo de Chile con San Martín, Graham señaló que "O´Higgins era sincero y de San Martín puede decirse que, como Lord Ángelo, una conveniente sinceridad regía sus actos hasta que divisaba… la posibilidad de ejercer el poder absoluto en el rico país del Perú" (Graham, p. 68).

En el relato de Graham, José de San Martín es un tirano con pretensiones de crear un imperio en Sudamérica dirigiéndolo desde el Perú, cuestión que lo llevó a enfrentarse con Lord Cochrane, lo que derivó en una disputa que se tradujo en el no pago de los sueldos de los marinos de la escuadra chilena y la difamación permanente entre ambos. Sobre esto, un pasaje del Diario revela de manera implícita una comparación entre Cochrane y San Martín: "Cuando llegó Lord Cochrane, todo el mundo tenía ansiedad, naturalmente, de saber qué pensaban él y los oficiales de la escuadra acerca del Protectorado del Perú. Su señoría no ha dicho ni una palabra respecto a la conducta de San Martín; los oficiales, sin embargo, no son tan discretos: unánimemente presentan al actual gobierno del Perú como lo más despótico y tiránico, que repetidas veces se mancha con crueldades que hacen recordar no solo las arbitrariedades de los más grandes tiranos militares, sino más bien los frenéticos actos del Czar Pablo" (Graham, p. 219).