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Disputas

Para gran parte de la población chilena la casa no está garantizada, sino más bien es algo que se ha perseguido y obtenido a través del tiempo. Si bien desde las primeras décadas del siglo XX la vivienda fue un derecho garantizado por el Estado, las condiciones de esa garantía no siempre lograron satisfacer la demanda, tanto en la cantidad como en la calidad de las viviendas. Después del golpe de Estado, el compromiso institucional con la vivienda se diluyó en los intereses del mercado, generando unidades que respondían más a criterios mercantiles que a necesidades específicas de los usuarios. Con mayor o menor presencia estatal, las demandas por una casa experimentaron una progresiva masividad y relevancia en el devenir político de los siglos XX y XXI.

A mediados del siglo pasado, el aumento de la población y la migración campo-ciudad provocaron una gran demanda de vivienda social, lo que no tuvo una respuesta íntegra por parte del Estado. A raíz de esto nació la Casa Tomada, como una solución de emergencia a un problema básico de subsistencia. Es en este periodo las organizaciones de pobladores -quienes hasta fines de los años '50 habitaban viviendas muy precarias, conocidas como "poblaciones callampas"- iniciaron una serie de tomas de terrenos en distintos lugares del país e instalaron casas de estructura informal. Algunas de ellas se consolidaron en el tiempo y se formalizaron durante la dictadura.

Muchas otras fueron erradicadas para liberar el suelo a la inversión inmobiliaria, sobre todo en lugares donde vivían familias con altos ingresos. De esta manera, se concentró a la población más vulnerable en sectores socialmente homogéneos, periféricos y alejados de las oportunidades que ofrece la ciudad. Esta modalidad de asignación forzada generó la figura de la Casa Impuesta. Su aparición coincidió con el cambio de estatus en la Constitución de 1980, donde la casa dejó de ser un derecho garantizado constitucionalmente. Tras el regreso de la democracia, las disputas por la casa propia prosiguieron en el contexto de la ausencia de derechos habitacionales. La Casa Reclamada, desde entonces, emergió una vez más como un territorio de disputas, movilizado por organizaciones sociales, ya sea por su acceso a ella o por la deuda que genera su adquisición.


Minisitio desarrollado en colaboración con Centro Cultural La Moneda en el marco de la exposición Casa Chilena. Imágenes domésticas.