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Asalto a la sede de la Federación de Estudiantes visto por Juventud

Desde el inicio de su segundo periodo en 1920, Juventud se editaba mensualmente. Sin embargo, la publicación tuvo un cese de varios meses, hasta su reaparición hacia fines de este año, con motivo de la Fiesta de la Primavera.

Su cese se debió al asalto y destrucción de la sede de la Federación el 21 de julio de 1920, ataque motivado por las acusaciones de antipatriotismo recibidas por la Federación de Estudiantes debido a su postura antimilitarista y su consiguiente cuestionamiento al gobierno de Juan Luis Sanfuentes (1858-1930) que, el 15 de julio de 1920, hizo un llamado a la movilización de tropas militares hacia el límite con Perú.

En su reaparición, la revista presentó un cambio de orientación respecto de sus ediciones anteriores, en las que se publicaban obras literarias y filosóficas, artículos acerca de diferentes producciones artísticas, documentos sobre las actividades internas de la Federación y de acciones en vinculación con el movimiento obrero chileno. A partir de esta edición, Juventud dedicó sus páginas a la denuncia del asalto; al llamado "proceso hacia los subversivos"; y a criticar la persecución política del gobierno de Sanfuentes hacia la Federación de Estudiantes.

El "proceso a los subversivos" fue una causa judicial llevada por el fiscal José Astorquiza hacia los estudiantes de la Federación y a sindicalistas pertenecientes a la agrupación Industrial Workers of the World (IWW), quienes eran perseguidos por supuestos informes que mencionaban su interés de alterar el orden público y su relación con la muerte de Julio Covarrubias Freire, estudiante que fue baleado luego del asalto (Craib, Raymond. Santiago subversivo 1920: anarquistas, universitarios y la muerte de José Domingo Gómez Rojas. Santiago: LOM Ediciones, 2017, p. 165).

En esta reaparición de la revista se publicó el artículo "A los estudiantes y jóvenes católicos que asaltaron la Federación de Estudiantes", en el que se interpeló a los asaltantes utilizando discursos católicos. Hacia el final de esta entrega también se incluyó un homenaje al estudiante y escritor José Domingo Gómez Rojas (1896-1920), quien luego de ser encarcelado el 25 de julio por su vinculación con la IWW, falleció en la Casa de Orates (Craib, p. 203).

Los dos números posteriores de Juventud, el 11-12 y el 13, se dedicaron, principalmente, a presentar documentos sobre el atentado y sus consecuencias. Entre los escritos que aparecieron en la edición 11-12, se incluyeron los testimonios y documentos de análisis de los estudiantes que estuvieron en la sede el día del asalto: Pedro Gandulfo Guerra, Rigoberto Soto Rengifo y Roberto Meza Fuentes (1899-1987) (Moraga Valle, Fabio. Muchachos casi silvestres: la Federación de Estudiantes y el movimiento estudiantil chileno, 1906-1936. Santiago: Ediciones de la Universidad de Chile, 2007, 279). También aparecieron artículos de otros estudiantes que habían sido atacados el 19 de julio, en un primer intento de asalto, Santiago Labarca Labarca (1893-1968) y Juan Gandulfo Guerra (1895-1931); y un manifiesto del presidente de la Federación de Estudiantes, Alfredo Demaría Andreani (1892-1928).

En este manifiesto, Demaría indicó que las supuestas motivaciones para el asalto que se comentaban entre los atacantes y sus defensores serían, por un lado, el rumor de que la Federación apoyaba la cesión de Arica a Perú y de Tacna a Bolivia, en el contexto de las negociaciones entre los límites de Chile con estos países. Por otro, la acusación de antipatriotas a los federados, debido a que solicitaron que el gobierno explicitara las razones para el llamado de movimiento de tropas hacia el Perú realizado el 15 de julio, orden que los estudiantes consideraban injustificada (Harambour Ross, Alberto. "Julio de 1920: La 'Guerra de Don Ladislao' y la represión al movimiento obrero". El movimiento obrero y la violencia política en el territorio de Magallanes. Tesis para optar al grado de Licenciado en Historia. Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago, 1999, p. 138). Sin embargo, para Demaría y los estudiantes de la Federación "la base de todas las persecuciones en contra nuestra reside en el hecho de haber solidarizado con el proletariado chileno, en la lucha por sus justas aspiraciones. Estos ataques son pues la reacción de los intereses heridos de la oligarquía" (Juventud. Año II, números 11 y 12, p. 37-38).

No solo las colaboraciones y artículos de sus redactores se orientaron a evidenciar las consecuencias del asalto, sino también en secciones como la de avisos comerciales que, por ejemplo, en el número 11-12 incluyó cuadros informativos en los que se justificaban los atrasos o pérdidas de algunos envíos a sus lectores a partir del robo. Otro ejemplo fue la inclusión de una página con diseño de portadilla en varios de los números siguientes a su reaparición con la inscripción: "Segunda época posterior al saqueo y destrucción total de sus oficinas de redacción y administración, acaecido en Santiago de Chile, Ahumada 73, el 21 de julio de 1920, a las 1.30 P. M".