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Autores extranjeros sobre el espiritismo y su recepción en Chile

Luego de la publicación al español de El Libro de los Espíritus de Allan Kardec (1804-1869), los espiritistas chilenos tradujeron y publicaron numerosos estudios de autores extranjeros dedicados al espiritismo, tales como Allan Kardec, León Denis (1846-1927) y Camille Flammarion (1842-1925).

Las ideas de estos autores circularon a través de las revistas espiritistas, las que publicitaron sus obras y publicaron fragmentos de ellas. En 1907 La Voz de los Muertos publicó un artículo titulado "El por qué de la vida" del filósofo francés León Denis. De acuerdo a los redactores de esta revista, el lector encontraría en la obra de Denis "la solución racional del problema de la existencia" (La Voz de los Muertos, número 3, 1907, p. 1).

También existieron librerías que pusieron a la venta los textos de estos autores. Una de ellas fue la "Librería Orientalista de Tomás Ríos González". De acuerdo al catálogo de la librería publicado en 1933, esta ofrecía exclusivamente libros relacionados a doctrinas como la teosofía, el naturismo y el espiritismo. Entre estos últimos tenía disponibles numerosas obras de espiritistas franceses, tales como En lo invisible de León Denis y Qué es el espiritismo de Allan Kardec.

Los centros espiritistas también facilitaron la lectura de estas obras, a través de la traducción al español de algunas de ellas. En 1904 la imprenta "Estela" publicó el libro Lecciones de espiritismo para los niños, que fue escrita por el francés A. Bonnefont y traducida por uno de los miembros del centro espiritista "Eduardo de la Barra" de Santiago. Esta obra didáctica, a través de preguntas y respuestas, ofreció a los niños lecciones de la doctrina espiritista. De acuerdo al historiador Manuel Vicuña, la traducción de este libro "arroja luces sobre las ambiciones etarias de su pedagogía" (Voces de ultratumba: historia del espiritismo en Chile. Santiago: Taurus, 2006, p. 21).

Sin embargo, el autor extranjero que tuvo mayor influencia en el país fue Allan Kardec, considerados maestro de la doctrina. Junto con la publicación de varios de sus libros en Chile, el "Centro de Estudios Psíquicos Eduardo de la Barra" organizó en 1903 y 1904 veladas literario-musicales en su honor.

Estos eventos se realizaron en el Hotel Francia de Santiago y, de acuerdo a la revista A dónde vamos?, contaron con la asistencia de más de cien personas (entre ellas, mujeres y militares). En un discurso pronunciado por uno de los asistentes a la velada de 1903, Kardec fue considerado un "benefactor de la humanidad, a quien nosotros -sus discípulos y admiradores- tributamos, en este momento, el homenaje de nuestro respeto y de nuestro sincero afecto" ("Homenaje a Allan Kardec. Velada literario-musical", n° 7, 1903, p. 201).

Junto con ello, espiritistas chilenos aseguraron haberse comunicado con Kardec durante sus sesiones. En enero de 1905, la revista espiritista A dónde vamos? se refirió a una comunicación con Kardec que había ocurrido en una casa de Santiago, en la cual su espíritu felicitó a los presentes por su adhesión a esta doctrina y les señaló que se había equivocado al señalar que existía la reencarnación. De acuerdo a la revista, esta revelación fue considerada verdadera a pesar de "que una revelación de tanta gravedad debió ser hecha en los centros de París, en donde se encuentran las primeras intelectualidades del Espiritismo, y no en un pequeño círculo de Chile, cuyos miembros ni siquiera tenían la orientación dispensable en estas materias" ("Una comunicación con Allan Kardec", n° 23, p. 342).